Ana estaba frustrada porque sus hijas, de 3 y 4 años, terminaban lloriqueando y peleándose cada vez que las llevaba de compras. "Finalmente les dije que teníamos que averiguar cómo hacer nuestras compras sin que todas, incluyéndome a mí, nos sintiéramos molestas", dice Ana.

La mamá les pidió a las niñas sugerencias sobre cómo hacer que el viaje al supermercado fuera una mejor experiencia para todas. La niña de 4 años sugirió que trajeran bocadillos de casa para no pelear por las galletas. La niña de 3 años dijo que cantaría en voz baja para sí misma para sentirse feliz.

Las niñas recordaron sus promesas y el siguiente viaje al supermercado fue mucho más sencillo. Al salir de la tienda, la niña más chiquita preguntó: "¿Te sientes realmente molesta ahora, mamá?" La madre le aseguró que se sentía bien y comentó lo agradable que era que nadie se metiera en una discusión.

¿Estos pequeños ejercicios de resolución de problemas realmente ayudan a niñas y niños a aprender el valor de la consideración? Claro que sí. Con el tiempo, incluso una niña o niño pequeño ve que las palabras o acciones pueden hacer sonreír o sentirse mejor a otra persona, y que cuando se es amable con otra persona, esa persona es amable con uno. Esta retroalimentación fomenta otros actos genuinos de consideración.

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- Valores que puedes enseñar a niñas y niños antes de los cinco años: la consideración.

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- Valores que puedes enseñar a niñas y niños antes de los cinco años: la honestidad.