Mujeres Adultas Mayores apartado

Instituto Nacional de las Mujeres | 17 de diciembre de 2014

El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad (OMS, 2014).

Estadísticas Nacionales

La composición de la población en México ha cambiado en las últimas décadas. En 2015, la población adulta mayor 60 años y más representaba 10.9% del total de la población femenina y 9.9 del total de población masculina. A pesar de su bajo peso relativo, la población adulta mayor está creciendo de manera acelerada. Se prevé que para 2030 las mujeres de 60 años y más representen 15.8% del total de población femenina y los hombres 13.8% del total de población masculina (CONAPO, 2013). [1]

El 85.6% de esta población se encontraba en edades entre los 60 y 79 años, para el grupo comprendido entre 80 a 99 años corresponde al 12.6% y de la edad de 100 años y más un 1.8%. La Ciudad de México, Oaxaca y Veracruz reportaron la mayor concentración de personas adultas mayores con porcentajes entre el 11.3 y el 10.4

En el aspecto del acceso a los servicios de salud el 39% y 9% de la población de personas adultas mayores son derechohabientes del IMSS y del ISSSTE respectivamente un 21% tiene acceso al seguro popular y a otras instituciones el 4%, y sin ninguna derechohabiencia el 27%. [2]

El Inapam señala que las enfermedades más frecuentes en las personas adultas mayores son:

Enfermedades del corazón 25%, hipertensión arterial 22%, diabetes mellitus 15.9%, tumores malignos 12.2%, enfermedades cerebrovasculares 7.3%, enfermedades pulmonares 5.1%, enfermedades del hígado 3.9%, influenza y neumonía 3%, insuficiencia renal 2.2% y desnutrición 1.8%.[3]

El mayor porcentaje del nivel educativo de las personas adultas mayores se sitúa en la educación básica de 1-9 años con un 60%, seguido por el 27% de este sector de la población que no cuenta con ningún tipo de educación, con estudios superiores se reporta el 8% de 1-18 años y el 5% con educación media superior de 1-13 años. [4]

La situación de las personas adultas mayores en México, al igual que en otros países del mundo se caracteriza por bajo o nulo acceso a cubrir las necesidades derivadas de los derechos humanos reconocidos en las leyes vigentes e instrumentos jurídicos internacionales. En igual sentido, no disponen de información sobre los derechos establecidos en el marco legal, ni cuentan con condiciones propicias para ejercerlos, este  desconocimiento influye para que no demanden su cumplimiento, en el bajo número de quejas presentadas ante los organismos públicos correspondientes y en la diversidad de violaciones que ocurren contra las personas de dicho grupo poblacional, entre las que destacan, la propia condición de pobreza, baja calidad en materia de atención médica, discriminación por motivos de edad y género, particularmente en las mujeres. Las personas adultas mayores en general, y las mujeres de edad en particular, no desempeñan un rol activo en los asuntos políticos, por lo cual existe una baja acción en materia de defensa de sus demandas por el acceso equitativo a oportunidades de empleo, educación y ocupación de espacios centrales antes que marginales en las actividades de la sociedad civil.[5] Las mujeres de la tercera edad generalmente, cuando tienen capacidad física se hacen cargo del cuidado de la familia, como son los nietos y nietas entre otros por lo que es difícil que se desarrollen en otras actividades.

Es importante resaltar que el Plan de Acción Internacional de Madrid, 2002 planteó lo siguiente: “El reconocimiento de la importancia decisiva que tienen las personas de edad para el desarrollo social las familias y la interdependencia, la solidaridad y la reciprocidad entre las generaciones”. [6]

Por otra parte, la Convención Interamericana Sobre La Protección De Los Derechos Humanos de Las Personas Mayores 2015 señala que “la persona, a medida que envejece, debe seguir disfrutando de una vida plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en las esferas económica, social, cultural y política de sus sociedades”.[7]

El Instituto Nacional de las Mujeres dentro del Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres señala dentro de sus objetivos transversales el fortalecer las capacidades de las mujeres mayores para participar activamente en el desarrollo social y alcanzar el bienestar, con la estrategia de impulsar acciones afirmativas para las adultas mayores.

Las firmas del convenio de colaboración celebrada entre Inmujeres y el Inapam en el 2014 y del Acuerdo Nacional de las Personas Adultas Mayores es resultado de los objetivos y estrategias establecidas en el Proigualdad 2013-2018.

Por otra parte, el Inmujeres forma parte del Consejo Interinstitucional sobre el tema de Personas Adultas Mayores en donde se realizan acciones relacionadas con el análisis y la organización en México para realizar acciones que den respuesta a las recomendaciones internacionales en materia de envejecimiento.

[1] http://estadistica.inmujeres.gob.mx/formas/tarjetas/Envejecimiento.pdf

[2] Inegi 2012.

[3] Dirección General de atención Geriátrica del Inapam 2015.

[4] Ibidem; Inegi 2012

[5] Fundación Bienestar del Adulto Mayor, I.AP. Guía para operar centros promocionales de la cultura de la vejez. 2010

[6] Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. 2002

[7] Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores: 2015

 

Conversatorio: “Por una Cultura del Envejecimiento desde el Enfoque de los Derechos Humanos de las Mujeres”.

Con el objetivo de fomentar una cultura del envejecimiento, basada en una vida funcional e independiente para lograr una vejez autónoma y satisfactoria, en agosto de 2015, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Instituto Nacional de Desarrollo Social realizaron en coordinación interinstitucional un conversatorio a nivel nacional vía remota dirigido a personal de las Instancias estatales y municipales de la mujer, de INAPAM, INDESOL y miembros de organizaciones de la sociedad civil. Se contó con la participación del Instituto Nacional de Geriatría, del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores; funcionarias del Programa de Asuntos de la Niñez y la familia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Indesol.

 

Foro “Las acciones de intergeneracionalidad un vehículo para facilitar el ejercicio de los derechos humanos de mujeres adultas mayores”.

A través de la coordinación interinstitucional entre el Indesol y el Inmujeres se realizó el 29 de agosto de 2016 a nivel nacional vía remota dirigido a personal de las Instancias estatales y municipales de la mujer, de INAPAM, INDESOL y miembros de organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de adoptar acciones afirmativas y realizar los ajustes necesarios para acelerar o lograr una vida laboral y social activa en las personas adultas mayores, así como para asegurar su plena integración social, económica, educacional, política y cultural. Asistieron 50 mujeres y 20 hombres.

 

Encuentro México en el Mundo, Envejecimiento y Vejez, Nuevos Retos

Organizado por el Inapam en coordinación interinstitucional con la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Relaciones Exteriores, del 23 al 25 de noviembre de 2016 en las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, asistieron 341 personas, se contó con ponentes de Brasil, Costa rica, Cuba, España, Honduras y México, así como con 29 expertos nacionales y 9 instituciones participantes.   Se llevaron a cabo tres paneles que abordaron los temas de longevidad y dependencias un reto para la atención, Alzheimer y otras demencias y atención integral de las personas mayores (buenas prácticas). Además, hubo presentaciones relacionadas con la salud en los temas de nutrición, enfermedades terminales, sarcopenia, cáncer de piel, discapacidad y clínica de la memoria, así como en cuestiones de derechos de las personas adultas mayores.

El Inmujeres realizó una presentación en el encuentro, sobre el tema de mujer envejecida y se resaltó que para el instituto el reto es eliminar las desigualdades de género en este sector de la población por lo que es necesario reconocer cuales son estas desigualdades.  Gran parte de las desigualdades entre mujeres y hombres mayores de 60 años, son resultado de las desigualdades de género en otras etapas de su vida, que suelen situar a las mujeres en condiciones de desventaja en términos de bienestar social, económico y psicológico.  Tener presente el componente de género para identificar las características de la población adulta mayor y las condiciones en que vive, permitirá tomar medidas de política pública que ayuden a fomentar un envejecimiento activo y saludable en igualdad de condiciones para mujeres y hombres y crear las condiciones para que ejerzan su derecho a vivir una vejez digna y recibir los cuidados afectivos y materiales que requieren. Las condiciones de salud de la población adulta mayor y su paulatino deterioro funcional natural por la edad o por causa de enfermedades crónico-degenerativas o discapacidad, representan un gran reto para los sistemas de salud. Se requiere del diseño e instrumentación de políticas públicas y programas específicos para su cuidado y atención, que tomen en cuenta las diferencias entre mujeres y hombres, lo mismo que las crecientes necesidades de cuidado y servicios de salud, en un marco de corresponsabilidad que involucre a diversos actores sociales. Es recomendable trabajar en políticas de ahorro para el retiro, para vivir con dignidad y bienestar la última etapa de la vida de todas las personas. Las políticas de empleo deben considerar a la población adulta mayor, debido a que muchas personas de edad avanzada siguen realizando actividades para el mercado laboral remunerado, así como implementar un sistema de cuidados que sea eficaz y que no deteriore el bienestar familiar.

 

 

 

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