En su última edición (2018) compara la competitividad de 140 economías, en términos de instituciones, políticas, y factores que determinan el nivel de productividad de una economía, lo que a su vez establece el nivel de prosperidad que el país puede lograr.
Es importante señalar que, con la última publicación se realizó un cambio en la metodología (consulta la metodología anterior). Con ello, el ICG se redefinió para evaluar los determinantes del crecimiento económico en el largo plazo, la capacidad para adaptarse al proceso de cambio que exige la 4ª Revolución Industrial, el replanteamiento en la forma de innovar y en la integración de las medidas diseñadas como respuesta a las afectaciones por las crisis financieras globales.
La definición de competitividad se mantiene como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país.
El ICG está compuesto por 12 pilares, los cuales agrupan 98 variables:
El nuevo ICG mide los fundamentos microeconómicos y macroeconómicos de la competitividad con base en 12 aspectos o categorías, agrupados en 4 subíndices: i) Ambiente apto; ii) Capital humano; iii) Mercados; y iv) Ecosistema de innovación:
En este nuevo índice, la ponderación es equitativa para los 12 pilares. En la estructura pasada, las ponderaciones se definían por el grado de desarrollo de cada país, determinado por el PIB per cápita, las cuales se distribuían en los tres subíndices. En la nueva estructura, la agrupación por subíndices (ambiente apto, capital humano, mercados y ecosistema de innovación) no tiene implicación en el cálculo del ICG, sólo se presenta con fines conceptuales.
De las 98 variables, 54 (55%) corresponden a información proveniente de instituciones internacionales (datos duros), mientras las 44 restantes (45%) son variables que recogen la percepción de los empresarios sobre diversos temas. Bajo esta nueva estructura, el 70% de los resultados del indicador dependen de datos duros, los cuales provienen de fuentes nacionales de cada economía y de instituciones internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Unión Internacional de Telecomunicaciones, entre otros).
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