Este indicador mide la capacidad de las entidades federativas para atraer y retener talento e inversiones, lo que se traduce en mayor productividad, y bienestar para sus habitantes

En este indicador, la competitividad se define como  la  “capacidad para atraer y retener inversiones y talento”.

El Índice de Competitividad Estatal se divide en 10 subíndices, los cuales agrupan 89 variables, con la siguiente estructura:

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De los subíndices se desprenden 89 variables provenientes de fuentes nacionales (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Comisión Nacional del Agua, etc.) e internacionales (Banco Mundial). Los pesos de las variables se asignan mediante la opinión de expertos sobre la relevancia de la variable en cada uno de los subíndices (alto, medio y bajo), y la correlación de cada indicador con la variable dependiente.

Las variables se normalizan en una escala de 0 a 100, en función de los valores que presenten con respecto a los demás estados. Posteriormente, los valores se normalizan mediante el método máx-mín, donde el valor máximo (100) lo obtiene el estado con la mejor calificación, mientras que el valor mínimo (0) lo obtiene el estado con la peor calificación. Al igual que en su edición internacional, los datos cuentan con un rezago de dos años.

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