En el doceavo Diálogo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), “Causas y efectos de la sequía”, se habló de la relación de este fenómeno con la desertificación de las tierras, lo que representa una nueva dimensión y perspectiva ante los efectos del cambio climático, las herramientas tecnológicas para su monitoreo y los registros históricos de su impacto.

El moderador del conversatorio, el director del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta, Atmósfera (CENID-RASPA) del INIFAP, Dr. Juan Estrada Ávalos, señaló que, de acuerdo a las Naciones Unidas, la sequía y la desertificación originan la pérdida de 12 millones de hectáreas a nivel mundial, a un ritmo de 23 hectáreas por minuto. En México -a principios de junio de 2021- el monitor de la sequía señaló que el 75 por ciento del territorio nacional presentaba algún grado de sequía, versus la misma fecha de 2020 que alcanzó el 12 por ciento, una variación significativa que obliga a entender mejor al fenómeno y a estudiar las alternativas para mitigar su impacto.

El responsable del Laboratorio Nacional de Modelaje y Sensores Remotos del INIFAP (LNMySR), Dr. Víctor Manuel Rodríguez Moreno, afirmó que la sequía es persistente y de lento establecimiento, por lo que se evalúan los daños graves en los cultivos de temporal o de riego por baja producción. Señaló también que la sequía se relaciona con la escasez en el suministro de agua y de la lluvia por un periodo de tiempo.

Por su parte, la académica del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), M.C. Gabriela Gómez Rodríguez, dijo que la tecnología orbital permite monitorear los fenómenos que produce la sequía, sus condiciones atmosféricas (cielos despejados, altas presiones y temperaturas elevadas), el seguimiento de la vegetación y la evaluación de sus efectos, como puede ser una mayor frecuencia de incendios. La también responsable de las estaciones receptoras de imágenes de satélite del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT), precisó que con estas herramientas se analiza el pasado y se conforma una base de imágenes para conocer los cambios de la vegetación y el uso del suelo.

El problema de la sequía se asocia a la ocurrencia de los incendios forestales, donde se presentan condiciones secas de la vegetación, acumulación de material combustible, condiciones atmosféricas del estado del tiempo y de topografía. Monitorear la severidad de los efectos que causa un incendio, y la calidad del aire, el agua y el ambiente en la salud y bienestar del ser humano, permitirá enfrentar el reto de la sequía y sus consecuencias, mencionó el Profesor de la Universidad de Washington, Dr. Ernesto Alvarado.

La especialista del Departamento de Hidrometeorología de la Comisión Federal de Electricidad, M.C. María de la Paz Medina Barrios, declaró que la sequía es una condición natural que se ha exacerbado por la presión demográfica y la actividad del hombre. Un problema, pero también una oportunidad, para trabajar y colaborar con instituciones para mover, usar, manejar y aprovechar el agua, recurso energético valioso.

Históricamente, México se ha adaptado a ciertas condiciones naturales, y por medio de modelos para su distribución, se pueden enfrentar los retos de la sequía. Asimismo, agregó que en el país los asentamientos humanos crecieron a partir de la disponibilidad del agua; culturas que se asentaron cerca de lagos, ríos y en zonas costeras -como los Mayas- desarrollaron sus poblaciones. A partir de la colonización, el crecimiento hacia el centro y el norte se dio por la presencia y explotación de minerales, provocando un desorden en la superficie terrestre con la deforestación, desertificación y la degradación del suelo.

La sequía y el proceso de desertificación de las tierras son factores extremos que se plasman en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La lucha contra la degradación de las tierras es la meta que especialistas de todo el mundo enfrentan para frenar la pérdida de la biodiversidad y gestionar los ecosistemas de forma sustentable.

Entre las alternativas para enfrentar la problemática, se encuentra el establecimiento de un sistema de monitoreo que involucre a la población, el marco jurídico legal, y las regulaciones asociadas al uso del suelo; un sistema que pronostique la sequía en el corto plazo (mensual), y la evaluación de sus impactos.

Diálogo en: https://www.youtube.com/watch?v=PlyPS_gnosE.