La agricultura, como actividad esencial para el desarrollo de las sociedades ha dependido en gran parte de su historia de la temporalidad de las lluvias. Es por ello que el conocimiento de las estaciones, especialmente aquellas en donde se presenta la temporada de lluvias ha sido esencial para el desarrollo del campo en todo el mundo.

Sin embargo, derivado de razones de eficiencia y productividad, así como también por los drásticos cambios que el estado del tiempo ha sufrido –debido al cambio climático– se han tenido que desarrollar mecanismos para llevar agua a los diversos cultivos y permitir con ello, su crecimiento y desarrollo de manera óptima, aún en temporadas en donde las lluvias son escasas o inexistentes. 

Algunos de estos mecanismos, han surgido de la propia experiencia de la práctica agrícola, aprovechando factores como la disposición de los terrenos en donde se encuentran los cultivos.

Por ejemplo, los terrenos de cultivo que son planos y regulares, suelen beneficiarse de técnicas de riego como la denominada “inundación", ya que las mismas características del suelo, contribuyen a que la distribución del agua sea uniforme y se aproveche mejor.

Sin embargo, para terrenos con pendientes o con irregularidades podría ser más conveniente el riego por surco, el cual es un método que se suele utilizar cuando hay escasez de recursos hídricos y por lo tanto, tienen que ser aprovechados de forma óptima.

El riego a través de surcos, permite la distribución uniforme del recurso hídrico. Dentro de esta modalidad también se encuentran variantes, pues el proceso cambia cuando se trata de surcos rectos o cuando son irregulares o determinados por las curvas de nivel del suelo.

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Existen algunas otras modalidades de riego que nos ayudan a tener mayor alcance, sin embargo, se requiere el uso de infraestructura para un eficiente uso del agua. Al mismo tiempo ofrecen la posibilidad de dosificar el riego de los cultivos, considerando que poseen diferentes necesidades hídricas. A estas modalidades se les suele identificar como “riego tecnificado”.

Algunos otros ejemplos de métodos de riego pueden ser los denominados “por aspersión”, los que utilizan esencialmente aspersores que pulverizan el agua para que ésta caiga de manera uniforme en un área de cultivo determinada, simulando la lluvia. De esta forma, los suelos obtienen la cantidad adecuada de agua que necesitan.

Los métodos de riego por aspersión son de gran utilidad para abarcar grandes zonas, por ejemplo, los sistemas de riego de pivote representan uno de los sistemas más eficientes, ya que además de regar, auxilian en la administración de fertilizantes líquidos. Este sistema es muy útil para todo tipo de terrenos, ya sean llanos o bien con elevaciones irregulares.

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Podemos ver entonces, como las necesidades del campo han llevado a desarrollar el ingenio de los trabajadores agrícolas e ingenieros, brindado la posibilidad de innovar y hacer cada día más eficiente el uso del recurso agua, que es tan necesario.