La transformación de los sistemas alimentarios es una necesidad urgente, pero también una oportunidad única para generar los cambios que se requieren en nuestra actual forma de producir, procesar y consumir alimentos. Recordemos que en la producción de los alimentos, el desarrollo con inclusión y la sustentabilidad son elementos que van interrelacionados en la construcción de la paz.

En este proceso debemos tener en cuenta que los cambios que se requieren incluyen un abanico actividades, sectores, productos y encadenamientos. Desde la producción –ya sea industrial o de pequeña escala y subsistencia- pasando por la industria de insumos, el comercio, la industria de la transformación, hasta llegar a la venta al detalle a los consumidores.

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A lo largo de este camino, hay una serie de problemas que son transversales, es decir, que atraviesan y tienen efectos en toda la cadena agroalimentaria; éstos son el cambio climático, la pérdida y el desperdicio de alimentos, el trabajo digno y bien remunerado, así como las cadenas de frío que son necesarias para asegurar una oferta alimentos en tiempo y forma.

Con respecto a este último, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación junto con el Programa para el Medio Ambiente, publicaron hace algunos meses el documento Cadenas de frío alimentarias sustentables: oportunidades, desafíos y el camino a seguir; a través del cual se busca destacar la complejidad de su desarrollo a nivel mundial y explora cómo puede evolucionar para volverse más sustentable.

El informe pasó sin gran atención, no obstante, que las cadenas de frío alimentarias sustentables pueden marcar una diferencia importante en varios momentos de las cadenas de valor y con ello, contribuir a la seguridad alimentaria y a la reducción de gases de efecto invernadero producidos por el desperdicio y la pérdida de alimentos. Aquí te presentamos algunos de los hechos más significativos que ofrece la publicación y que deben ser considerados en el proceso de transformación de los sistemas alimentarios.

  • Por cadena de frío de alimentos entendemos ese sistema integrado de distribución de éstos con control de temperatura que garantiza que los productos perecederos y/o los productos sensibles a la temperatura se mantengan en condiciones óptimas, desde el origen de producción hasta la venta final al consumidor.
  • Para 2050 –de acuerdo con las proyecciones- se tendrá que alimentar a una población mundial cercana a 9 mil 700 millones de personas, lo que significa que la producción de alimentos tendrá que aumentar y con ello, la necesidad de más cadenas de frío de alimentos.
  • Del total de alimentos producidos para el consumo humano, se estima que se pierde alrededor de 14%, en tanto que 17% se considera que se desperdicia; lo que representa un costo a la economía mundial cercano a los 936 mil millones de dólares estadounidenses al año, esto sin considerar la pérdida de recursos como tierra, agua y energía para su producción.
  • La falta de refrigeración efectiva es uno de los principales contribuyentes a este desafío, lo que repercutió directamente en la pérdida de 526 millones de toneladas de producción de alimentos, o el 12% del total mundial, de acuerdo con cifras de 2017. Este dato no es menor si consideramos que dicha cantidad es suficiente para alimentar aproximadamente a mil millones de personas en un mundo donde se calcula que un poco más de 800 millones pasan hambre y 3 mil millones no pueden pagar una dieta saludable.
  • De igual forma, la pérdida de alimentos durante el proceso posterior a la cosecha reduce los ingresos de 470 millones de pequeños agricultores hasta en un 15%.
  • La falta de disponibilidad de cadenas de frío sólidas para mantener la calidad, el valor nutricional y la seguridad de los productos alimenticios tiene ramificaciones en diversas áreas que componen la cadena. Por lo tanto, es un sistema complejo que tiene muchos elementos estáticos y móviles y que requiere la responsabilidad de múltiples niveles, incluidos los agricultores, aquellos que dan valor agregado, procesadores y fabricantes, distribuidores, minoristas, consumidores y por supuesto los gobiernos.
  • Un ejemplo de ello son las implicaciones en lo que se refiere al cambio climático y el medio ambiente. La cadena de frío de los alimentos es responsable de alrededor del 4% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, incluidas las emisiones de las tecnologías de la cadena de frío y de la pérdida y el desperdicio de alimentos debido a la falta de refrigeración.
  • La publicación asegura que la capacidad de la cadena de frío en el mundo ha crecido en las últimas décadas, sin embargo, ha sido desigual. Muchos países en desarrollo aún requieren una mayor capacidad adicional en todas las etapas, para garantizar una conectividad ininterrumpida de la granja a la mesa, así como las habilidades necesarias para instalar y mantener equipos de refrigeración.
  • Pero este crecimiento también genera problemas, dado que las nuevas cadenas de frío requieren energía y agentes de enfriamiento, que sin duda, contribuyen en los gases de efecto invernadero. De ahí la necesidad, no sólo de incrementar esta infraestructura, sino además, transitarlo hacia sistemas sustentables.
  • El informe no sólo es realista, sino además incisivo, cuando indica que las cadenas de frío alimentarias sustentable se tratan de algo más que adquirir e instalar cámaras frigoríficas con energía solar en la puerta de la granja o gabinetes enfriadores con refrigerantes de menor potencial de calentamiento global en los supermercados, sino que debe abordarse a través de una serie de dimensiones tecnológicas, comerciales, industriales y políticas complejas e interrelacionadas, lo que requiere pensar de manera sistémica y adoptar enfoques integrados a nivel nacional e internacional.
  • Por último, agrega que la sustentabilidad de la cadena de frío también se ve relacionada y afectada por otros factores como la gestión de inventario postcosecha, los materiales de embalaje y manipulación, la gestión de residuos, la recuperación de calor, así como los modelos y procedimientos operativos empleados.

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Alimentar a la población mundial también significa garantizar que los alimentos que se producen no se desperdicien por falta de infraestructura, en este sentido, las cadenas de frío alimentarias sustentables puede ser una herramienta poderosa para mejorar el bienestar humano, contribuir a asegurar la oferta de alimentos, generar desarrollo socioeconómico y reducir los efectos adversos al clima.

Transformar los sistemas alimentarios, como ha sido el compromiso mundial en favor de la gente, la salud y la tierra, requiere poner atención a este tema. De otra forma, seguiremos poniendo parches, sin soluciones de fondo. Es un reto que la comunidad internacional debe asumir.