La labor en investigación, desarrollo y práctica que realizan los biólogos, son ejes fundamentales en el desarrollo de las sociedades, por lo que cada 25 de enero se celebra el Día del Biólogo con el afán de dar reconocimiento a su importante trabajo, así como impulsar cada vez más el conocimiento sobre la biología y su acción directa en ciertos aspectos sociales de gran importancia.

El trabajo de los biólogos se ha asociado principalmente con temáticas relacionadas a la protección ambiental, tales como el cuidado de los ecosistemas y la vida silvestre o la optimización del uso de recursos naturales a través de prácticas ecológicas saludables como el reciclaje. Sin embargo, estas no son las únicas actividades entre las que los biólogos destacan, pues sus conocimientos son sumamente útiles en muchos más aspectos.

Un ejemplo claro de esto es el desempeño de los biólogos en el sector primario (pesca, agricultura y ganadería), pues los procesos de producción de los productos agrícolas pecuarios y pesqueros se ven absolutamente beneficiados por el vasto conocimiento del comportamiento de los seres vivos que tienen los biólogos.

Los biólogos nos ayudan a comprender la forma en la que se desarrollan mejor cierto tipo de plantas, las variedades que se dan mejor en ciertas regiones, así como conocimiento sobre los tipos de suelos y las características que son ideales para cultivos muy específicos.

En el ámbito pecuario, los biólogos ofrecen con sus saberes, la posibilidad de entender el comportamiento y desarrollo de los animales de crianza. Al considerar factores tan importantes como la alimentación, las enfermedades a las que son susceptibles o las condiciones ideales para su desarrollo, se convierten en pieza clave del progreso de este sector.

Por otro lado, en el ámbito pesquero, los biólogos contribuyen a la regulación de la pesca para no alterar los ecosistemas marinos de los cuales nos servimos. Pero no toda la pesca se realiza en mar abierto, ya que parte de la producción pesquera del país también se aporta a través de las unidades de producción acuícola que se encuentran distribuidas a lo largo del territorio mexicano. En estos casos, el asesoramiento de los biólogos puede significar la diferencia entre el éxito o la pérdida de la producción, ya que los peces que se crían deben desarrollarse en condiciones muy específicas, que se asemejen lo más posible al estado natural reproductivo de cada especie, haciendo de ello, una tarea compleja, la que sería imposible de llevar a cabo sin el conocimiento de los biólogos.

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Bajo tal precedente, es necesario no sólo reconocer el alto valor de los biólogos mexicanos para esta sociedad, sino también difundirlo, al mismo tiempo que impulsar a las nuevas generaciones al estudio de esta ciencia, pues gracias a eso podremos tener cada vez más biólogos y mejor preparados, para asumir los retos que día a día afronta el sector alimentario de nuestro país.