Saludarlos con respeto, con afecto, y sobre todo, con el reconocimiento al compromiso que tienen para que el nuevo Sistema de Justicia Penal pueda no solamente ser una realidad, sino una realidad que acerque con transparencia a lograr confianza entre las familias mexicanas.
 
Y esta parte fundamental que ustedes hoy, en la que ustedes se están preparando, en la que ustedes son parte fundamental, será lo que permita lograr esa confianza por parte de la sociedad.
 
Así que me da mucho gusto saludares a todas y a todos ustedes.
 
Y saludar por supuesto al señor ministro Luis María Aguilar, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
 
A la señora Procuradora Arely Gómez.
 
Al Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales.
 
A Alfonso Pérez Daza, Consejero de la Judicatura Federal.
 
A María de los Ángeles Fromow.
 
A la Secretaria General de la Policía Federal,
 
A quienes son los coordinadores de todas las divisiones de la Policía Federal.
 
Y saludar a quienes están aquí, representantes de la sociedad civil, muchísimas gracias no solamente por su presencia, sino por estar siempre al pendiente de que cada uno de los pasos que estamos dando, se den como lo queremos: con puntualidad en los tiempos, pero sobre todo, bien hechos, bien llevados y que todos podamos ir generando esa confianza a la que me referí al principio.
 
Saludo a las y los integrantes, nuevamente, de la Policía Federal que hoy nos acompañan, y de manera muy especial a cada uno de los 123 cadetes de la primera generación del Curso de Formación Inicial para la Unidad de Seguridad Procesal.
 
Aspirar a la excelencia es un deber irrenunciable de todo servidor público, y muy en lo particular, de cada uno de ustedes, que porta un uniforme.
 
Porque un policía que sabe hacer su trabajo, y que lo lleva a cabo con profesionalismo y vocación, contribuye a consolidar el Estado de Derecho que queremos para nuestro país.
 
En cada uno de ustedes, está que las familias puedan salir a las calles sin miedo, y que gocen de tranquilidad en su vida cotidiana.
 
En cada uno de ustedes, está también que la ciudadanía cuente con instituciones de seguridad sólidas, accesibles y confiables.
 
Y como parte de la transformación que estamos concretando en materia penal, ustedes son ahora actores clave para garantizar que cada mexicano acceda a una justicia transparente y expedita.
 
Una justicia distinta a la que había prevalecido en nuestro país por décadas.
 
Una justicia en la que la ley y las instituciones estén siempre al servicio del ciudadano.
 
Se trata de cerrar las puertas a la impunidad, y sentar nuevas bases de legalidad, imparcialidad y certeza jurídica.
 
Se trata de que un proceso justo sea la regla, jamás la excepción. Y de que así ocurra en todo el territorio nacional, y por supuesto, con ello, para todas y todos los mexicanos.
 
Y sobre todo, de lograr una justicia que no sólo castigue, sino que reconcilie, reconstruya el tejido social y permita restablecer la convivencia.
 
De esa dimensión era el reto. Y de ese tamaño tenía que ser por supuesto también la respuesta.
 
Sin postergar responsabilidades ni asumirlas a medias, México tenía que cambiar su Sistema de Justicia Penal y cambiarlo a fondo.
 
Por eso, el Presidente Enrique Peña Nieto, hizo de esta transformación, que era fundamental, una prioridad de Estado, una prioridad de su gobierno.
 
Para que más allá de ser víctima o imputado, todo mexicano tenga plena certeza de que cada proceso penal se resolverá de forma objetiva, sin obstáculos ni demoras, y siempre con estricto apego a derecho.
 
Para que en cada rincón del país, exista una misma justicia en la norma y en los hechos, sin importar la capacidad económica o condición de la persona, y para que a las cárceles lleguen únicamente quienes tengan que llegar, y solo quienes así lo merezcan.
 
Por eso hemos trabajado de manera integral, con todos los actores que tienen un rol en este cambio.
 
Empezando siempre por la sociedad civil, para que la ciudadanía conozca el nuevo modelo y sepa exigir el respeto pleno a sus derechos.

También lo hemos hecho con el Congreso de la Unión y las legislaturas locales, para completar el marco jurídico pendiente.
 
Y con el Poder Judicial, muy en lo particular con la Suprema Corte, para avanzar en la implementación tanto a nivel federal como en las 32 entidades del país.
 
Sabe el presidente de la Corte, que desde el Ejecutivo estamos dando todo el respaldo por instrucción del señor Presidente.
 
Y tengo que reconocer al presidente de la Corte, su decidida acción desde hace casi un año que llegó como presidente. Sé esta fecha porque el primero de diciembre dará su primer informe, y tengo que reconocerle todo su compromiso y entrega para que este modelo de justicia penal sea una realidad.
 
Que no solamente sean discursos, sean planteamientos, sino que a nivel federal sea no más que una acción coordinada que permita llevar la justicia a todas y a todos los mexicanos. Siempre presidente, nuestro reconocimiento.
 
Que sepan todos que hemos dado el apoyo completo para que estén en condiciones de aplicar el sistema en tiempo y de manera correcta.
 
A esto último hemos destinado recursos históricos. Tan solo el año pasado, fueron más de cinco mil millones de pesos para infraestructura, equipamiento y tecnología.
 
Y muy importante, hemos puesto especial énfasis en capacitar a los operadores del sistema, porque esta transformación va mucho más allá de los cambios legales. Requiere que cambien también las personas que aplican la ley.
 
Por eso trabajamos con jueces, magistrados, abogados y desde luego, con las y los policías.
 
Para ellos, pusimos en marcha un esquema en todo el país a fin de prepararlos como primeros respondientes.
 
Y muy en lo particular destaco la capacitación especializada que están recibiendo ustedes, como parte de la nueva Unidad de la Policía Federal en Seguridad Procesal.
 
Porque se trata de una Unidad que cumplirá labores muy específicas -aquí se ha referido- que emanaron de este nuevo esquema como las que ya se han mencionado esta tarde.
 
Se hizo así, entendiendo que el éxito de este modelo está en la articulación de cada uno de sus operadores.
 
Porque no hay eslabón que sea menos importante. Cada uno juega un papel distinto, pero a la vez, uno que se integra a la labor de los demás.
 
Y cuando todos hacemos lo que nos corresponde, el resultado es una justicia eficaz para la ciudadanía.
 
Les doy un solo ejemplo: Por una parte, ustedes requieren que sus compañeros aseguren la escena del crimen de manera correcta o que se detenga al probable responsable sin violar el debido proceso.
 
Pero a la vez, el juez de control necesita que ustedes sepan resguardar la evidencia; y que velen por los derechos humanos de cada imputado desde su traslado.
 
Y los jueces de juicio oral necesitarán que estén ahí, para que las audiencias se lleven a cabo de forma segura y ordenada.
 
Es decir, se trata de un trabajo en equipo. Y como en cualquier equipo, es importante que cada quien haga su parte, comprendiendo el rol de los demás.
 
Entendiendo que su profesionalismo diario puede marcar la diferencia entre que se castigue un delito, o que éste quede impune.
 
Por eso no escatimaremos recursos, en brindarles todas las herramientas y espacios que necesiten para su capacitación.
 
Y la sala que hoy ponemos en marcha es parte de ello. Ahí podrán prepararse para el rol que desempeñarán en los juicios orales.
 
Comprendiendo no solo los procesos y sus etapas, sino la importancia que tiene su desempeño en cada una de ellas.
 
Y es que debemos dimensionar lo que está en juego. Debemos comprender que este cambio tiene la capacidad de beneficiar a millones de mexicanos.
 
Porque si el Sistema de Justicia Penal opera correctamente, un gran número de casos podrán resolverse en días, en lugar de meses.
 
Lo que es más, gracias a los mecanismos alternativos, la gran mayoría ni siquiera tendrán que llegar a juicio.
 
Muestra de ello es que el año pasado, donde ya opera el sistema, más de 120 mil casos se resolvieron por esta vía.
 
Pero lo más importante no son los números, sino que detrás de cada estadística, hay personas que en su vida diaria ya están notando la diferencia.
 
Que ya están recibiendo los beneficios de un Estado mexicano que trabaja en conjunto, a favor de una justicia distinta para el país.
 
Señoras y señores:
 
Las y los integrantes de la Policía Federal son muestra de disciplina, lealtad y compromiso para las demás corporaciones policiales. Así se está demostrando cada día en todo el territorio nacional.
 
Ustedes son parte de una institución de seguridad pública, sin duda, en la que más los mexicanos confían, y es así, porque han sabido poner todas sus capacidades al servicio de la ciudadanía.
 
Porque han estado ahí en los momentos que más los han requerido y en los lugares donde más se les necesita.
 
Y tal es el caso de esta transición, que es nuevamente una oportunidad para ser ejemplo a seguir, para que con su actuar, consoliden en los hechos la aspiración de lograr una justicia plena y transparente, una justicia sin pretextos ni adjetivos.
 
Las y los felicito. Sigan preparándose, teniendo presente siempre que en su actuar diario, está la diferencia, la gran diferencia para millones de mexicanos.
 
Cumplan con su labor, porque con ello, estarán abonando a cumplir el propósito que queremos como país: ser un México justo para todos, en todo lugar y en todo momento.

Discurso