Es urgente atender el maltrato hacia las personas adultas mayores, pues tiende a aumentar en la medida en la que crece este sector de la población. Según cálculos de la ONU, sólo denuncia maltrato entre cuatro y seis por ciento de quienes lo padecen.

Esa fue una de las conclusiones a las que llegaron ayer diversos especialistas que participaron en un simposio sobre el tema, a propósito de la conmemoración del Día Internacional de Toma de Conciencia sobre el Maltrato hacia las Personas Adultas Mayores, organizado por el Inapam.

-Tenemos que cuidar a nuestros adultos mayores y ayudarlos a protegerse del maltrato, pero también a tener y disfrutar una mejor calidad de vida, y en este aspecto,  las instituciones y la sociedad civil tenemos una gran responsabilidad –señaló Aracely Escalante Jasso, directora del Instituto, y quien tuvo a cargo la inauguración del evento.

Por su parte, el licenciado Ismael Eslava Pérez, primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, insistió en la necesidad de establecer políticas de transversalidad que permitan educar e informar a la población sobre la importancia de evitar el maltrato hacia las personas adultas mayores.

-Este es un tema fundamental, pues ayudaría a evitar el maltrato hacia estas personas y, al mismo tiempo, llevaría información a otras personas sobre qué es el envejecimiento y cómo debe tratarse a las personas que entraron ya en un proceso de envejecimiento.

-Yo les pido que consideren a la CNDH como un amigo y también, un aliado en el establecimiento de compromisos orientados hacia la defensa de los derechos de las personas adultas mayores, cuyos derechos también son derechos humanos –precisó el especialista.

La CNDH es una de las instituciones que participa en el Consejo Interinstitucional, que coordina el Inapam, y en el que están representadas más de 25 instituciones del sector público y de la sociedad civil.

A su vez, Joaquín Torres Acosta, especialista del Consejo para Prevenir la Discriminación (Conapred), expuso que el maltrato comprende diversas formas de discriminación, algunas de las cuales son tan cotidianas, que hasta parecen normales, aunque no lo son. Ese es un aspecto que dificulta su identificación y, por tanto, su atención.

-La discriminación es un tema de igualdad de derechos, y en las personas adultas mayores el problema crece, debido a la interseccionalidad, que consiste en la conjunción de dos o más manifestaciones de discriminación en una persona o grupo de personas –explicó.

Y puso como ejemplo, la discriminación que se produce en una persona adulta mayor en razón de la edad, pero también del género, si ésta es mujer, o de su origen étnico, si es discapacitada, si es pobre, si padece alguna enfermedad, si tiene una religión diferente a la de una mayoría, y hasta por la preferencia sexual; condición económica o situación migratoria.

-Es por eso, que debemos crear conciencia entre la población acerca de este fenómeno, pues lo que empieza como discriminación, puede convertirse más tarde en maltrato o claramente una manifestación de violencia –concluyó.

La sesión cerró con una jornada de preguntas y respuestas, en las que hubo, también, numerosas propuestas interesantes, las cuales recogieron los especialistas que participaron en el evento.