Este cambio en la dinámica poblacional se considera una de las transformaciones sociodemográficas más importantes del S.XXI, su desarrollo pone de cara una serie de desafíos imprescindibles de atender para poder asegurar el envejecimiento digno y saludable de las poblaciones.

Uno de estos desafíos es el abuso y maltrato hacia las personas mayores. Este fenómeno se considera un problema de derechos humanos y salud pública que pone en riesgo la integridad de las personas envejecidas, obstaculizando el ejercicio pleno de sus derechos; por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 66/127 de 2012 designó el 15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. A nivel social, es imprescindible tomar conciencia sobre esta problemática y visibilizarla, para generar estrategias que permitan prevenir, atender y erradicar este problema.

En México se cuenta con estudios que sugieren que entre el 8.1% y el 18.6% de las personas mayores de 60 años sufren algún tipo de maltrato, cifras que aumentan al 32% en el caso de personas mayores con dependencia funcional (Giraldo, 2019); además, la prevalencia aumenta conforme la población envejece, presentándose con mayor frecuencia en las mujeres. Las causas del maltrato son múltiples, no obstante, la condición de vulnerabilidad en la que viven algunas personas mayores se ubica como un factor que las predispone a sufrir algún tipo de violencia.

Abuso y maltrato hacia personas mayores y envejecimiento demográfico.

El envejecimiento demográfico ha venido aparejado con una serie de cambios económicos, políticos, sociales y culturales que se entrelazan con las necesidades y demandas de la población envejecida. En los países en desarrollo el aumento en la esperanza de vida de las personas ha estado determinado por la mejora en los servicios de salud, la disminución de las tasas de mortalidad y natalidad, así como en el desarrollo de políticas públicas y programas sociales que atienden las necesidades de las personas mayores; no obstante, a nivel estructural existen determinantes económicos, sociales y culturales que impactan en los cursos de vida de las  personas mayores, situándolas en contextos de vulnerabilidad[1] que ponen en riesgo su dignidad e integridad. Entre estos determinantes se encuentran:

/cms/uploads/image/file/655910/PortadaBlog_Abuso_y_maltrato_en_la_vejez-Diagrama.jpg

Es esencial comprender que la condición de vulnerabilidad que viven algunas personas mayores no es causada por la edad, sino por factores estructurales que las afectan y se presentan a lo largo de su curso de vida. Estos determinantes generan desigualdades sociales que se pueden exacerbar en la vejez y se interrelacionan con otros factores como son la condición género, el origen étnico y racial, el componente socioeconómico y sociodemográfico, así como la condición de salud (si padece alguna enfermedad, si presenta algún tipo de discapacidad física, cognitiva y/o trastornos psicosociales).

Es erróneo pensar que todas las personas mayores son vulnerables y que esta es una condición inherente a la vejez, por el contrario, la vulnerabilidad se origina por factores propios del contexto de la persona, siendo una condición que puede –o no- presentarse durante esta etapa.

Estos factores pueden originar entornos donde se produzca discriminación[1], exclusión, estigmas y prejuicios que generen acciones y/o actitudes de abuso y maltrato hacia las personas mayores, a nivel familiar, comunitario, social e institucional (en el ámbito gubernamental o en instituciones de asistencia y cuidados). Así, para prevenir el abuso y maltrato es preciso saber cómo se define y los tipos que existen.

El maltrato se define como cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre las personas de cualquier edad, que ocurra en el medio familia, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro su integridad física o psíquica, su autonomía o el resto de los derechos fundamentales de una persona, constatable objetivamente o percibido subjetivamente (Iborra, 2005). Los tipos de maltrato son:

  • Maltrato físico: Actos llevados a cabo con la intención de causar dolor físico o lesiones, como son golpes, empujones, cortes, quemaduras, entre otras.
  • Maltrato psicológico: Actos que tienen como objetivo causar dolor emocional, algunos ejemplos son las agresiones verbales, intimidación, amenazas, humillación, ridiculización, abandono y sobreprotección, este último puede generar sentimientos de inutilidad o demérito en la persona. Estos actos generan daños en la salud psíquica y emocional, afectando su autoestima. El dolor emocional está presente en todos los tipos de maltrato.
  • Abuso sexual: Realización de actos sexuales no consensuados con una persona mayor, mediante el uso de la fuerza, manipulación, amenazas e intimidación.
  • Abuso económico, patrimonial o explotación financiera: Se refiere a la apropiación indebida de los recursos económicos o bienes de una persona mayor, por medio de amenazas, manipulación, engaños o uso de la fuerza.
  • Negligencia: Descuido u omisiones en la satisfacción de necesidades básicas de la persona mayor. Este maltrato se puede presentar a nivel familiar o institucional (en estancias de cuidados); se puede ejercer de forma deliberada o a consecuencia de un desconocimiento o falta de capacitación por parte de la persona cuidadora.

Es de suma importancia identificar los factores de riesgo y los tipos de maltrato que existen, para reportar y/o denunciar en caso de presentarse. Existen diversas instituciones que brindan asistencia social, atención psicológica y orientación jurídica a personas mayores que han sufrido algún tipo de violencia.

Los actos de abuso y maltrato ejercidos hacia las personas mayores tienen severas consecuencias en su integridad y calidad de vida, pueden ocasionar morbilidad física y mental, sentimientos de soledad, depresión, ansiedad, aislamiento social, ideación suicida y en casos extremos provocar la muerte de la persona mayor.  Diversos estudios han mostrado una mayor prevalencia de maltrato a personas mayores en el entorno familiar. En este ámbito se identifican factores que aumentan el riesgo de sufrir algún tipo de maltrato, como son la existencia de enfermedades mentales, consumo y abuso de sustancias nocivas, relaciones familiares conflictivas, estrés y colapso en la persona cuidadora; siendo los hijos e hijas quienes ejercen mayoritariamente el maltrato.

Recomendaciones para generar entornos libres de abuso y maltrato:

  • Promover una cultura del envejecimiento activo y saludable que erradique la representación negativa que genera prejuicios y estereotipos sobre la vejez.
  • Fomentar la inclusión social de las personas mayores dentro de sus comunidades, formando y fortaleciendo redes sociales de apoyo, alentando su opinión y participación en la toma de decisiones.
  • Conformar equipos multidisciplinarios e interdisciplinarios capacitados y sensibilizados sobre el tema, que puedan identificar casos de maltrato. La atención inicial en servicios de salud se ubica como un eje fundamental para la prevención, atención y canalización de estos casos.
  • Generar campañas a nivel nacional de sensibilización y concienciación sobre el abuso y maltrato en personas mayores, con perspectiva de derechos y género, que promuevan la participación intergeneracional y de todos los niveles de la sociedad.
  • Eficientar los servicios que brindan atención jurídica a casos de violencia en personas mayores, a través de la capacitación y sensibilización del personal de estas áreas, con un enfoque transversal e interinstitucional.
  • Brindar cursos de capacitación a personas cuidadoras que coadyuven a la mejora en las estrategias de cuidado familiar y favorezcan la reducción de estrés y agotamiento.
  • Fortalecer los sistemas de pensiones. Es primordial otorgar pensiones dignas a las personas mayores.

Es esencial generar un cambio de paradigma sobre el envejecimiento, que permita entenderlo como un proceso permanente que inicia desde el nacimiento, es permanente, cambiante y heterogéneo, porque todas las personas envejecen de manera diferente. Así, se debe asumir el envejecimiento saludable como una responsabilidad no solo individual, sino social y colectiva.

Es necesario que las personas mayores conozcan y ejerzan sus derechos, que se asuman como agentes de su propio cambio, con la capacidad de ejercer su independencia y autonomía. Deberán luchar para que se tomen en cuenta sus voces en la realización de políticas públicas y programas sociales que garanticen sus derechos y atiendan sus necesidades.

A nivel gubernamental se deben erradicar las desigualdades económicas y sociales existentes, así como crear políticas públicas con un enfoque intergeneracional, de curso de vida, derechos humanos y género que aseguren la satisfacción de necesidades básicas de la población y su desarrollo personal en todo su ciclo vital, para lograr generar entornos donde las personas logren ejercer su derecho a un envejecimiento digno y libre de violencia, en condiciones de equidad e inclusión social.

Además, debe haber un “Protocolo-guía interinstitucional para garantizar una vida libre de violencia en contra de las personas mayores en México”, cuyo objetivo sea garantizar el trabajo coordinado entre las diferentes instancias intervinientes mediante una mayor comunicación, coincidencia en diagnósticos y propuestas de actuación; en las que cada una de las áreas u organismos lleven a cabo las atribuciones que normativamente les corresponde, para dar la atención y solución de las distintas problemáticas que enfrentan las personas mayores.

La difusión de este Protocolo-guía iniciará a finales de junio del presente año, a través de talleres dirigidos a personas servidoras públicas de nivel federal, estatal y municipal.

Es importante saber que:

El INAPAM ofrece Asesoría Jurídica a personas mayores que sufren algún tipo de abuso o maltrato. Si requiere de este servicio envíe un correo electrónico exponiendo su caso a la dirección: asesoriajuridicainapam@inapam.gob.mx

Bibliografía.

  1. Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez 15 de junio. (S/F). Junio 03, 2021, de Naciones Unidas Sitio web: https://www.un.org/es/observances/elder-abuse-awareness-day
  1. El maltrato de las personas mayores. (2002), de División de Población de las Naciones Unidas Sitio web: https://fiapam.org/wp-content/uploads/2014/03/El-maltrato-a-las-personas-mayores.pdf
  1. Giraldo-Rodríguez, L. (2020). Maltrato en la vejez: caracterización y prevalencia en la población mexicana. Junio 02, 2021, de CEPAL Sitio web: https://www.researchgate.net/publication/338700992_Maltrato_en_la_vejez_caracterizacion_y_prevalencia_en_la_poblacion_mexicana
  1. Giraldo-Rodríguez, L & Torres, S. (2010). Envejecimiento, vulnerabilidad y maltrato. Junio 03, 2021, de INGER Sitio web: https://www.researchgate.net/publication/258100429_ENVEJECIMIENTO_VULNERABILIDAD_Y_MALTRATO_LILIANA_GIRALDO
  2.  
  3. HelpAge. (2020). Abuse and neglect of older people around the world intensified by COVID-19. Junio 04, 2021, de HelpAge Sitio web: https://www.helpage.org/newsroom/latest-news/neglect-and-abuse-of-older-people-around-the-world-intensified-by-covid19/?keywords=june+15
  4. Iborra, I. (2005). Violencia contra personas mayores. Ed. Ariel, España.

[1]La discriminación se define como una conducta, culturalmente fundada, y sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales. (Rodríguez, citado en Giraldo, 2010).

[1]Se considera vulnerabilidad a la condición de riesgo que genera desventaja social (pobreza, precariedad, exclusión, marginalidad, etc.), producto de un sistema que protege los grandes intereses económicos derivados de la implementación de una nueva modalidad de desarrollo. (Giraldo, 2010)