Una medida de prevención es la vacunación; en México, es una práctica que cumple altos estándares de aprobación y efectividad durante la infancia a diferencia de la que se realiza en personas mayores, pues, debido a la poca o nula información de sus beneficios, o por temor o falta de interés no suele ser una práctica común.

Pero ¿qué es una vacuna? Es un medicamento que ayuda al organismo a adquirir y producir anticuerpos y éstos a su vez, nos mantienen inmunes a las enfermedades, principalmente las infectocontagiosas. Se ha desmotrado que son la mejor protección para el sistema inmunológico, pues al aplicarlas, protegemos nuestra salud y la de muchas personas a nuestro alrededor.

Para las personas mayores es muy importante prevenir enfermedades graves como la neumonía y el tétanos, es por eso que esta medida preventiva juega un papel significativo. Cabe mencionar que cada persona puede tener diferente tipo de reacción a las vacunas en función de distintos factores, como la edad, el estado nutricional, la comorbilidad o la administración de fármacos.

Por ello, para su aplicación es necesario tomar en cuenta todos estos factores. Para las personas mayores se recomienda el siguiente esquema que cuenta con tres vacunas: la neumocócica polisacárida, la de tétanos-difteria, así como la de influenza estacional, las cuales, podrían prevenir situaciones de alto riesgo.

 

Neumocócica polisacárida

Evita la neumonía por una bacteria conocida como neumococo, que provoca una infección aguda. Se debe aplicar a partir de los 65 años, en personas sanas que no se han vacunado, con un refuerzo a los 5 años posteriores, por única vez. También se puede implementar desde los 60 años, siempre y cuando sea indicada por un médico especialista en personas con factores de riesgo.

 

Toxoide tetánico diftérico (Td)

Protege contra el tétanos y la difteria. El tétanos es una infección causada por una bacteria que penetra a través de las heridas y la difteria es una enfermedad aguda que afecta al sistema respiratorio, provocando dificultad para respirar.

Se debe acudir a aplicarse si:

  • La persona mayor es sana y ya han pasado 10 años de que recibió la última dosis
  • Sufre una herida.
  • Es trabajador/a del campo en actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería.
  • Vive en zona de riesgo, que son los lugares en los que han ocurrido muertes por tétanos.
  • El esquema consta de tres dosis. La primera se aplica a partir de los 60 años, la segunda cuatro semanas después y la tercera, al año de la primera. La dosis de refuerzo es cada diez años.

 

Influenza estacional

Se debe aplicar a partir de los 60 años. Previene esta enfermedad, la cual es viral y se conoce también como gripa, se diferencia del catarro común porque tiene síntomas más graves, como fiebre mayor de 38° C, tos, dolor de cabeza, secreción nasal, dolor muscular, dolor de articulaciones, cansancio extremo y puede complicarse cuando se presenta dificultad para respirar, produciendo neumonía.

La influenza se presenta con mayor frecuencia durante la temporada invernal, por ello la vacuna se fabrica cada año y su aplicación es anual, preferentemente durante los meses de octubre a diciembre.

¿Qué puede pasar si no se aplican las vacunas?

Existe cierta oposición, derivada de teorías que han repercutido en la idea de que las vacunas no son necesarias o que hay más efectos desfavorables que benéficos, y a pesar de la gran difusión por muchos medios sobre sus beneficios, ésta no se realiza.

Su aplicación es una decisión personal, sin embargo, de acuerdo a la Gaceta Médica de 2017 del Consejo Mexicano de Vacunación, las enfermedades que son causadas por virus, bacterias o parásitos son responsables de un tercio de las muertes en todo el mundo, y si no se realiza la vacunación se puede llegar a:

  • Enfermarnos y contagiar a otras personas.
  • Causar brotes epidémicos.
  • Poner en peligro la salud de quienes no pueden vacunarse y quienes tienen un sistema inmune débil.

Es por ello y por los beneficios que se han demostrado derivados de la vacunación, que instamos a llevarla a cabo, sin embargo, tú tienes la última palabra, lo importante es tomar una decisión informada.

Con la intención de contribuir a conocer más sobre el envejecimiento y la vejez, invitamos a profesionales y a la población interesada en investigar sobre este tema, a que se acerquen a este Instituto a través de la dirección electrónica: blog.inapam@inapam.gob.mx

 

Referencias

  1. Barreda-Zaleta L y col. 2019 “La vacunación en el adulto en México” recuperado de: https://www.medigraphic.com/pdfs/medintmex/mim-2019/mim192l.pdf
  2. Washington Association for Community Health y Washington State Department of Health) (2018)” LA IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN EN LOS ADULTOS” recuperado de:

https://www.doh.wa.gov/Portals/1/Documents/Pubs/348-326 LaVacunacionenlosAdultos.pdf

  1. Gutiérrez Luis M. y García Lourdes (2015) “Vacunación en el adulto mayor: perspectiva de curso de vida” recuperado de: http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/publicaciones/Libro-Vacunacion-Adulto-Mayor-INGER-ANMM.pdf
  2. IMSS (2018) “Guía de prevención y control de enfermedades” recuperado de: http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/salud/guias_salud/adultos_mayores/Guia_adultosmay_prevencion.pdf