Hoy en día vivimos en un mundo completamente globalizado que nos permite tener productos de cualquier parte del mundo. Sin embargo, esto al mismo tiempo ha ido relegando en gran medida lo hecho en México; pues aunque todos nos sentimos orgullosos de lo elaborado en nuestra nación, piensa un momento ¿De dónde viene tu ropa?, ¿Dónde fue construido tu celular?, ¿De qué país es el café que estas tomando?

No estamos diciendo que sea malo seleccionar o querer productos que no se elaboran en tierra nacional, pero tampoco podemos depender completamente de los productos de importación ya que eso nos llevaría a sufrir una crisis en todos los sentidos y en todos los rincones de nuestra nación.  Además de que las importaciones en muchas ocasiones poseen aranceles que se ven reflejados en su costo, el cual tú pagas.

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En todo el mundo se requiere de consumir lo producido localmente pues esto beneficia enormemente la economía de cada una de las regiones, logrando eliminar riesgos y darle seguridad a la cadena de consumo. Además de hacer mucho más accesible el costo final de los productos gracias al ahorro en la transportación y pago de impuestos.

Lo anterior abre la puerta a un modelo de negocio que deberían adquirir todas las empresas en México, donde la prioridad sea consumir productos del mercado local.  Efectivamente existen motivos, en algunos casos, como especificidad o disponibilidad del producto lo que da prioridad a la importación, la gran mayoría del tiempo es una costumbre solamente.

Ahora bien, no es necesario conseguir todo de forma local, algunas importaciones deben mantenerse buscando ese doble camino de la mano de los productores, ya que si aún no logran desarrollar la calidad o cantidad suficiente se pueden generar estas sociedades donde se implemente el desarrollo conjunto.

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Algunos de los beneficios entre los empresarios del consumo nacional, es que aseguran mantener la cadena de suministro activa, no dependen del tipo de cambio del peso frente a otras monedas y tendrán un gasto menor al consumir local y regional. En cuanto a los productores, los impulsa a desarrollar la calidad de su producto, además de que cada peso gastado genera el doble de ganancia.

En los beneficios al consumidor final se destaca sobre todo el hecho de poder adquirir productos frescos, lo cual es muy importante sobre todo en comestibles, pues la recolección es más reciente que aquellos que tuvieron que viajar desde otras partes del mundo y que fue necesario añadir conservadores o mantenerlos congelados lo cual disminuyó las propiedades nutrimentales de los mismos.

Los productos locales al ser de temporada son más baratos, no requirieron de aceleradores de crecimiento en su desarrollo pues fueron creados orgánicamente; se contribuye a evitar monopolios, tendrás una variedad de productos durante  el año y se mejoran las tierras locales además de generar empleos para más familias.

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El impacto de consumir local se refleja a un nivel medioambiental pues al no ser necesario trasladar en gran distancia los productos, las emisiones de CO2 disminuyen ayudando al cambio climático, y al requerir de un embalaje más sencillo se reduce la producción de desechos.

Por último tendrás la seguridad de que cada producto es único y está elaborado de forma individual y no en masa como en las grandes cadenas. Los productores sociales al organizarse y convertirse en grupos productivos han impulsado durante varios años el consumo local. Elevando la calidad de sus productos a niveles de exportación y satisfaciendo las necesidades locales.