La biodiversidad se refiere a la variedad en cuanto a especies de plantas, animales, hongos, microorganismos, a los genes que los integran y los ecosistemas en los que se encuentran. El conjunto de todo esto, es lo que sustenta la vida en nuestro planeta.

 

Ahora que sabemos lo que es la biodiversidad, podemos ver que es una parte esencial del medio ambiente. Sin embargo, se piensa que esto solo se puede encontrar en un bosque o en la selva y no es así. El medio ambiente es todo lo que nos rodea y la relación que tenemos con ese entorno como especie.

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Dicho esto, también es de suma importancia comprender que éste provee a los seres humanos de todo lo que necesitamos para sobrevivir. Además del agua y el aire, nos proporciona también toda la materia prima que se requiere para las actividades económicas que realizamos. No hay productos que no provengan de insumos obtenidos de nuestro entorno.

 

Todo en el medio ambiente está conectado y se encuentra en equilibrio, por lo que alterarlo puede traer consecuencias tanto para las personas como para muchas otras especies. Es por eso que debemos tomar acción para conservar la riqueza y los servicios naturales que nos proporciona como el ciclo del agua, la polinización de cultivos y la generación de suelos fértiles y la regulación del clima por mencionar algunos.

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Para ello, existen esquemas de manejo sustentable de esta riqueza, que nos permiten utilizar los recursos de una manera que asegure su conservación.

 

Si lo analizamos desde la Economía Social, el medio ambiente es de lo que dependemos para sobrevivir, para tener una buena calidad de vida y para desarrollar nuestras actividades económicas. Aunado a ello existe un componente cultural muy importante entre la humanidad y el medio ambiente por lo que podemos concluir que existen razones de sobra para conservarlo.

 

Teniendo esto en cuenta, resulta vital considerar una visión de manejo de los recursos naturales a largo plazo, pues debemos pensar también en las generaciones que están por venir.

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Pero al hablar de esto, no podemos evitar cuestionarnos ¿quién toma las decisiones sobre la extracción de los recursos naturales? Ante el modelo económico actual las decisiones las toma quien tiene el capital para extraer y explotar los recursos. Entonces, ¿no sería mejor tener un modelo en el que el bien común fuera el que definiera las formas de realizar las actividades económicas?

 

La respuesta es sí. Se ha demostrado que la mejor forma de manejar los recursos naturales es cuando estos son de propiedad colectiva y es exactamente mediante la colaboración y organización que se toman decisiones sobre los mismos. Al tener voz y voto, como propone la Economía Social, y al poner a las personas al centro de las actividades económicas, el sentido de pertenencia y de compromiso con la comunidad, el tema ambiental y su conservación tienen mayor relevancia.

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En México existen casos como el de ICOFOSA y Tosepan Titataniske que nos muestran que las actividades económicamente rentables y socialmente justas pueden estar directamente relacionadas y ser responsables con el medio ambiente.

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FUENTES:

https://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/serviciosam

https://www.gob.mx/semarnat/es/articulos/que-son-los-servicios-ambientales-186397?idiom=es

https://www.un.org/es/observances/environment-day