Las especies que habitan en el manglar son plantas leñosas que crecen en condiciones de alta salinidad, suelos fangosos pobres en oxígeno, altas temperaturas, mareas extremas y vientos fuertes.
En el mundo existen más de 50 especies conocidas como mangle, México se encuentra entre los cinco países con mayor extensión de manglares, distribuidos en los 17 estados costeros del país, lo que representa el 5 por ciento de la cobertura total mundial.
Las cuatro especies de mangle que tiene nuestro país son: mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle prieto (Avicennia germinans) y mangle botoncillo (Conocarpus erectus).
Dos especies más (Avicennia bicolor y Rhizophora harrisonii) se encuentran únicamente en Chiapas y Oaxaca, pero sus poblaciones son muy reducidas.
Los pobladores locales tradicionalmente han obtenido de los manglares alimentos, medicinas, madera y leña, incluso carbón.
Los manglares bien conservados tienen una gran cantidad de biomasa permanente. La biomasa es toda materia que proviene de la vida, como es la hojarasca, los lodos, la madera, entre otros; debido a esto almacenan grandes cantidades de carbono.
Zona de transición
Este ecosistema provee servicios ambientales muy importantes para el ser humano, funcionan como barreras naturales que detienen la erosión, ayudando a mantener la arena en las playas, controlan inundaciones, protegen contra huracanes y tormentas, capturan carbono y generan nutrientes para otros ecosistemas.
Encontrarse en esa zona de transición, entre la tierra y el mar, permite que sean hábitat de muchas especies, las cuales se albergan en sus raíces, troncos, ramas sumergidas, ramas aéreas y hojas.
En ellas se pueden encontrar especies de bromelias, orquídeas, helechos y pastos marinos, entre otros.
Otros ejemplos de especies terrestres que habitan algunos manglares son el jaguar (Panthera onca), mono aullador (Alouatta palliata), mono araña (Ateles geoffroyi) y los cocodrilos de río y de pantano (Crocodrylus acutus y C. moreletti).Las raíces de los manglares son ideales para diversas especies de peces que los utilizan como zonas de desove, protección y crianza.
Aves migratorias como la garza azul (Egretta caerulea), la garza roja (Egretta rufescens), el flamenco americano (Phoenicopterus ruber) y el aguililla negra de mangle (Buteogallus subtilis), frecuentan y anidan en los manglares.
Especies comerciales como cangrejos, jaibas, camarones y langostinos, así como bagre, lisa, mojarras, pargos, robalo y sábalo en su etapa joven, también viven y se benefician de los manglares.
Asimismo, la industria del ecoturismo ha aprovechado los manglares para actividades como avistamiento de aves, vida silvestre y paisajes.
Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales
En México uno de los manglares más importantes se encuentra en Nayarit, en la Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales, que representa entre el 15 y 20 por ciento del total de ecosistemas de manglares en el país.
Es un corredor biológico de especies, entre ellas aves, tanto residentes como migratorias, de las cuales se han registrado 223 especies.
En la región también se han registrado 33 especies de reptiles, seis de anfibios, 29 de mamíferos y 111 de peces.
La reserva es una de las zonas más productivas del sector pesquero, reportando aproximadamente 45 por ciento del total de la producción en el país.
Restauración de los manglares
La restauración de los manglares es de gran importancia por sus funciones ambientales: captura y almacenamiento de carbono, protección costera ante fenómenos hidrometeorológicos, mantenimiento de pesquerías y por ser hábitat de muchas especies.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha realizado acciones de restauración en más de 7 mil hectáreas de manglar, con una metodología que demuestra que es posible recuperar aquellos que están deteriorados.
En esta actividad han participado especialistas en restauración de manglares que han implementado proyectos de tamaño considerable, mayores de 100 hectáreas, con efectos positivos en la mejora del hábitat donde se han ejecutado.
Los proyectos de restauración han permitido la creación de empleos temporales y una derrama económica para las comunidades.
Con el buen manejo del ecosistema, es posible conservar y ampliar la extensión de los manglares, donde coexistirán gran cantidad de especies, e inclusive implementar programas de manejo que permitan su aprovechamiento y genere ingresos para los pobladores.
De 2013 a 2017 la CONAFOR ha destinado 237.5 millones de pesos a proyectos de restauración de manglar en 7 mil 69 hectáreas.
Para 2018 se tienen prevista una inversión de 215 millones de pesos para proyectos en 8 estados del país, para cobertura de 4 mil 253 hectáreas.