Tradicionalmente, las personas que habitan las zonas rurales de México se dedican a la agricultura o ganadería. Estas actividades productivas se han desarrollado sin control ni ordenamiento del territorio, lo que ha perjudicado en gran medida servicios ambientales que generan las zonas forestales.

En Durango, un grupo interdisciplinario vio la necesidad de encontrar un balance entre la actividad económica y el medio ambiente.

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Se pensó en la diversificación de actividades, es decir ofrecer alternativas de labores con menos impacto ambiental, pero para lograrlo cayeron en la cuenta de que primero había que cambiar la mentalidad de quienes tienen entre sus manos los recursos naturales.

Se convencieron de que al crear compromisos y responsabilidades a través de la educación y capacitación habría mejores resultados.

Así fue que en el año 2006 se creó el Centro de Ecología Regional A.C. (CERAC) quienes a través de capacitaciones técnicas, cultura y difusión entre las comunidades han tratado temas  ambientales con las personas dueñas de bosques y zonas semiáridas.

Su trabajo se ha centrado en áreas naturales protegidas de Durango, Zacatecas y zonas aledañas.

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En 13 años de labores, CERAC ha realizado trabajos en la actividad forestal, ambiental y social, principalmente en Reserva de la Biosfera La Michilia y Mapimí, la Zona de Protección a la Flora y Fauna del Distrito de Riego 043, el sitio RAMSAR Laguna de Santiaguillo en la parte que corresponde al estado de Durango y el Parque Nacional Sierra de Órganos en Zacatecas, altamente significativo para los recursos naturales y de biodiversidad.

Sus proyectos están orientados al desarrollo comunitario sustentable y vida silvestre, asesorando para mejorar y aprovechar los recursos naturales.

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Su actividad la hacen con alto espíritu de servicio y de responsabilidad social, especialmente con sus asociados como pequeños propietarios, ejidos y comuneros de las zonas rurales.

Entre sus proyectos han logrado que se lleven a cabo  reforestaciones, obras de conservación de suelos, marcaje forestal y conservación de la biodiversidad, además, procuran la difusión del conocimiento para generar conciencia ambiental entre la comunidad completa.

Su esfuerzo ha contribuido con la generación de beneficios ambientales, sociales y económicos,  creando compromisos y responsabilidades entre los dueños y poseedores de estos recursos.

Actualmente es responsable de 25 Unidades de Manejo (UMA) en el estado de Durango y 1 más  en Sinaloa.

Esta asociación civil han realizado sus trabajos con el apoyo de diversos programas de los gobiernos, entre ellos la Comisión Nacional Forestal.

Por sus logros en educación ambiental, resultó ganador de la categoría de Cultura Forestal Ambiental en el Premio Nacional al Mérito Forestal 2019.

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