México es un caso excepcional en el mundo debido a que la mayor parte de las zonas naturales pertenecen a ejidos, comunidades y pueblos indígenas.


Dentro de sus territorios se encuentra el 80% de la biodiversidad del país, esto incluye plantas, aves, mamíferos, réptiles, anfibios, hongos, microorganismos, árboles, insectos y más.  


Sin embargo, en muchos casos se desconoce  el valor real de cada uno de estos elementos y se eliminan de manera parcial o total para dar paso a otras actividades económicas.
 

Conocer la biodiversidad es vital para protegerla, bajo esta premisa nació el Monitoreo Comunitario de la Biodiversidad (BIOCOMUNI).


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La guía BIOCOMUNI se compone por cuatro libros y está dirigida a los núcleos agrarios para que conozcan todo lo que tienen en sus manos y con los resultados tomen las mejores decisiones para llevar a cabo actividades económicas sostenibles y acciones de conservación. 
 

Este documento es resultado de un esfuerzo conjunto de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Servicio Forestal de Estados Unidos (USFS).
 

Las guías se realizaron con el respaldo de un destacado grupo mexicano de especialistas en fauna y vegetación.
 

El documento explica el protocolo que deben seguir los ejidos y comunidades para formar  brigadas de monitoreo, qué y cómo usar las herramientas necesarias para los muestreos y cada cuándo hacerlos.
 

Cada manual está hecho por tipo de ecosistema ya sea bosque, selva, zona árida o semiárida. Actualmente se trabaja en un quinto para monitorear el ecosistema de manglar.

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Una vez conformadas las brigadas deben medir cinco componentes: aves, mamíferos, arbustos, renuevos y vegetación menor; árboles adultos e impactos ambientales (plagas, incendios, deforestación u otros).
 

La información que obtengan permitirá conocer la composición y la distribución de las especies tanto de flora como de fauna y podrán identificar cambios en el ecosistema en el tiempo y el espacio.
 

El monitoreo comunitario impulsa la revaloración, el reconocimiento y el orgullo hacia lo que tenemos y promueve el interés para conservar y hacer un buen manejo de los ecosistemas y la biodiversidad, sin que con ello se eliminen los medios de subsistenicia de los pobladores.