Hace 18 años, Laura González Guzmán, investigadora de la Universidad de Austin, Texas, Alejandra Blanco Macías, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Fernando Aragón Cruz, técnico Forestal, se internaron en el bosque del ejido Ojo de Agua del Cuervo, en el municipio de Talpa de Allende, en Jalisco, para hacer observación de aves migratorias.

Durante su recorrido notaron que en una sección del bosque la vegetación tenía características distintas. Lo que creían que era una zona forestal poblada de pinos se había convertido en un paisaje de maples.

Para conocer con mayor detalle el bosque, Fernando se hizo acompañar de Antonio Vázquez y Yalma Vargas, entonces miembros del  Instituto de Botánica del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, quienes exploraron y descubrieron que se trataba de una porción de bosque que había sobrevivido a la última glaciación. Un ecosistema atrapado dentro de un bosque de niebla.

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Se le conoce también como bosque de arce y guarda similitudes con los bosques boreales presentes en lugares muy fríos del planeta, como Canadá y Rusia, pero también se parece a los bosques ancestrales de Asia por su riqueza biológica tropical.

El bosque relicto

Aunque la palabra relicto tiene diferentes acepciones, cuando se trata de la flora, se refiere a lo que queda de lo que alguna vez fue una vegetación abundante.

La cañada del ejido Ojo de Agua del Cuervo permanece encapsulada por el tiempo. Reúne las características para la sobrevivencia de una importante biodiversidad con especies consideraras en riesgo, algunas existentes desde hace 23 millones de años.

En el lugar se pueden encontrar oyameles, magnolias y helechos arborescentes, aunque su principal composición son los arces azucareros, árboles conocidos porque de ellos se extrae la miel de maple y su hoja es el símbolo nacional de Canadá. Su nombre científico Acer saccharum, subespecie SkutchiiSaccharum significa azúcar en latín.

Esta especie se considera en riesgo por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría: en peligro de extinción.

Las poblaciones de arce en cañadas aisladas de México y Guatemala se consideran un relicto del Periodo Neógeno, período de enfriamiento progresivo que produjo la glaciación de los polos y de Groenlandia, hace 23 millones de años.

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Aparte del arce azucarero de Talpa de Allende, se conocen cuatro poblaciones más en el país en los estados de Tamaulipas, Guerrero, Chiapas y Jalisco, en la sierra de Manantlán.

En 2016, 150 hectáreas de este bosque fueron decretadas como Área Natural Protegida Estatal.

La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) tiene el proyecto de extraer material vegetativo que será investigado y preservado mediante criogenización en el Centro Nacional de Recursos Genéticos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA).