Las oleaginosas son plantas fundamentales en la cultura, la economía, la industria y el comercio mundial, éstas plantas constituyen uno de los grandes grupos de cultivo de mayor, producción, investigación, experimentación y comercialización mundial, son indispensables en la alimentación y como materia prima para la industria aceitera, la alimentación animal, así como en la fabricación de productos no comestibles.

Los cultivos de mayor producción y cotización en los mercados mundiales son los diez siguientes: soya, canola, cártamo, algodón, girasol, olivo, maíz, lino, cacahuate y ajonjolí. En México el reto se posiciona en los cultivos de: soya, canola cártamo y girasol.

Los usos de las oleaginosas son muchos, desde su consumo natural como son la aceituna, semillas de girasol, cacahuate y la almendra; su transformación en fibra textil como en los casos del algodón y el lino, hasta la elaboración de tinturas o aceites para combustibles, en el caso del cártamo.

Sin embargo, el mayor provecho de las oleaginosas es la obtención de aceites y mantecas vegetales para cocinar, elaborar pan, aderezos, frituras y nutracéuticos (producto de origen natural con propiedades biológicas activas beneficiosas para la salud) y para preparar pastas para la alimentación de animales.

Actualmente, gracias a nuevas tecnologías, con las oleaginosas se han creado subproductos comestibles y no comestibles que incluyen compuestos de uso farmacéutico, jabones, agroquímicos, barnices, plásticos y combustibles como el biodiesel.

Cada oleaginosa tiene sus propias características y cualidades que la hacen única e indispensable, cada una tiene su propio origen y desarrollo en la historia. Las oleaginosas son ejemplos representativos de larga trayectoria en la cultura de muchos pueblos.