Las monedas zapatistas
Cuando estuvo en la Ciudad de México tomó la Antigua Casa del Apartado, y mandó a acuñar en julio de 1915, dos monedas de cobre de uno y dos centavos, las cuales fueron declaradas como ilegales en octubre de 1916.
Activar la economía local
El Caudillo del Sur quería que los campesinos pudieran adquirir productos básicos, como arroz, frijol, lenteja, azúcar y sal, entre otros, y de esa manera activar la economía local. La peculiaridad de las monedas es que eran la mitad de tamaño y casi de peso, de las que circulaban en la época, informa la historiadora Jacqueline García Castro.
La investigadora refiere al numismático mexicano Carlos Gaytán, quien decía que una moneda de guerra entre más fea es más auténtica y excepcional.
Tinacos, trenes y troqueles
Hay noticias orales sobre que incluso se usaban tinacos para extraer el cobre y que se acuñaban con troqueles que se ponían en las vías para que el peso los trenes lograra el objetivo. Hay que recordar que incluso en la actualidad se requiere un peso de 600 toneladas para que el grabado pueda acuñar el oro y la plata.
En Guerrero y Morelos
Por otro lado, en el libro La moneda revolucionaria de México 1913-1917. Monografías, de Howland Wood y J. Sánchez Garza, traducido por Manuel Romero de Terreros, está documentado que, en 1914, Emiliano Zapata ordenó la emisión de moneda en Guerrero y Morelos.
La emisión consistió, al principio, en piezas de plata de a dos pesos, del mismo módulo que las antiguas monedas de a peso, y de piezas de un peso, más o menos del tamaño de las de a cincuenta centavos.
En 1915, se redujo el módulo de las piezas de a dos pesos, y se aumentó la serie con varias fracciones de peso. En varios casos, las primeras monedas se acuñaron en plata, pero posteriormente se hicieron en cobre.
