Primero recordemos que están en igualdad de condiciones jurídicas que las personas adultas, pero además cuentan con derechos específicos como el de participación en los asuntos que les incumben, justo como su celebración el 30 de abril.

Son personas por que son capaces de formar juicios e ideas propias, opinar y expresarse en función del grado de su desarrollo alcanzado, por lo que son protagonistas de sus propios derechos, los cuales pueden exigir. Este enfoque genera nuevas formas de relación para que nosotras y nosotros conozcamos y respetemos sus necesidades, aspiraciones e iniciativas.

Esto nos lleva a un proceso permanente de expresión libre e intervención activa de niñas y niños, quienes informados opinan, se les escucha y atiende en los asuntos que les impactan en cualquiera de los ámbitos de su vida.

¿Qué tipo de actividades normalmente son organizadas el Día de la Niñez?

Casi siempre los festejos incluyen regalos de juegos y juguetes; invitaciones a eventos culturales, artísticos o tipo kermesse donde hay consumo de alimentos chatarra, dulces y bebidas azucaradas; concursos y competencias. La cuestión es que todo se efectúa con una visión adulta que decide qué sí y qué no conviene a las niñas y los niños.

Para evitar este error tan común entre autoridades, familias, escuelas y comunidades, pongamos al centro a niñas y niños: ¿que sienten y piensan? Regalemos juguetes que fomenten una vida libre de violencia, la actividad física, el arte, el pensamiento lógico y la afectividad. Equilibremos los juegos colaborativos con los competitivos en un ambiente libre y creativo para ellas y ellos. Recordemos: “Dime a que juegas y te diré qué regalarte” y observemos a qué juegan para que sean regalos según sus intereses, no los nuestros.

Si les vamos a dar de comer evitemos los “box lunch” comerciales con alimentos ultra procesados, papas fritas, refrescos azucarados. Busquemos que sean saludables como vegetales, dulces mexicanos de la región, aguas frescas o de limón sin azúcar y jugos naturales.

La pregunta clave es: ¿Qué te gustaría hacer ese día?

Al tener ya estas respuestas, fomentemos su trabajo en equipo, la solución creativa de problemas y el apoyo mutuo; diseñemos actividades para que las juguemos entre niñas, niños y personas adultas. No adoptemos la posición de personas sólo observadoras donde nos limitemos a decir “yo los cuido”. Durante los eventos procuremos platicar, dialogar con ellas y ellos para que se expresen con libertad.

¿Qué hacer en los espacios donde ocurren las actividades?

Procuremos que sean sin estrado o pódium idealmente. Si lo hay que sea a la altura de niñas y niños. De igual forma, que los stands o puestos con juegos estén a la altura de ellas y ellos. Pensemos también en espacios nuevos como museos, parques, lugares que puedan explorar, etc.

No olvidemos que deben ser espacios seguros donde haya la mayor vigilancia posible para su seguridad, con baños muy limpios que correspondan a su altura y separados para que tomemos en cuenta la comodidad para las niñas. Que sean amplios para que puedan correr, jugar y socializar.

Sobre todo, aprovechemos para jugar con ellas y ellos, a su misma altura, porque el juego es la mejor manera de conocerles, entender qué es lo que quieren, con sus propias palabras.

Niñas y niños son los protagonistas verdaderos de su Día de la Niñez.

Es su Día, como deberían ser todos los restantes del año. Por eso, no debemos olvidar que son los personajes centrales de la celebración y se trata de sus derechos humanos. No son el pretexto para el lucimiento personal o político de las autoridades estatales y municipales del tipo o rango que sean. Por eso, en actos públicos, evitemos largos discursos sobre ellas y ellos mientras en realidad están al sol, de pie durante mucho tiempo, sin que dispongan de agua o alimentos sanos.

Sugerencias finales para el Día de la Niñez.

Conforme a lo que niñas y niños deseen, podemos planear y realizar algunas actividades aquí sugeridas:

1. Ejecutemos las acciones no sólo para ese Día sino planeemos para realizarlas en más ocasiones.

2. Usemos juegos colaborativos en equipo como “búsqueda del tesoro” o rallies por etapas y premios intermedios, pinturas murales, etc.

3. También te sugerimos al final el juego Kanan donde tanto niñas y niños como las personas adultas conocen los derechos humanos de la niñez.

4. Jugar con niñas o niños a ser “alguien diferente” que quieran: astronauta, futbolista, etc, y acordar entre ambas partes las reglas.

5. Podemos tener cuentacuentos, obras de teatro guiñol, o leer en común libros infantiles que forman parte del acervo del Fondo de Cultura Económica o de la Biblioteca Ibby (vía Google),

Juguemos Kanan.

Se trata de un juego de mesa colaborativo; es decir, niñas y niños tienen que trabajar en equipo para dar solución a las situaciones de daño y violación de derechos humanos en beneficio de que los personajes vivan sin obstáculos.

Este juego en formato PDF, que podemos imprimir en casa, escuelas y espacios comunitarios, se recomienda a partir de los 10 años de edad en adelante.

También es propicio para que madres, padres, abuelas, abuelos, personas cuidadoras, docentes o cualquier gente allegada a las niñas y los niños lo jueguen.

Las instrucciones y reglas detalladas del juego están escritas en el mismo PDF, junto con las tarjetas de los personajes que representan niñas y niños de entre 7 y 16 años, que pueden vivir en cualquier lugar. Son a quienes deben ayudar con sus problemáticas.

Este juego de mesa colaborativo es gratuito y se puede descargar al hacer clic aquí.