Señor presidente de la República, con su permiso.

¿A quiénes de ustedes les gusta la historia? Levanten la mano. Muy bien. Déjenme entonces de manera muy breve contarles un poco de historia. Hace casi cien años, hace 95 años, un presidente que ustedes seguro conocen, que se llamó Álvaro Obregón ¿Sí lo conocen? y un primer secretario de Educación Pública, José Vasconcelos ¿Lo conocen? Ellos, como muchos otros mexicanos, tenían una gran preocupación: ¿cómo hacer mejor a México? Y enfrentaban un gran problema, en ésa época únicamente uno de cada diez niños iba a la escuela, y siete de cada diez niños no sabían leer ni escribir.

Y la pregunta era: ¿cómo podían hacer a México  mejor, si no había escuelas; si no había maestros suficientes, y los niños y las niñas no sabían leer?

Y por eso crearon la Secretaría de Educación Pública. Y a casi cien años de distancia, a 95 años de distancia, todos los niños como ustedes que van a la primaria de este país tienen una escuela y tienen una maestra o un maestro que trabaja con una gran dedicación.

Ese gran sueño fue posible.

Hoy más del 95 por ciento de la población ya es alfabeta, y eso ha sido un gran triunfo.

¿Y saben por qué? Ustedes lo saben, y por eso están aquí. Porque la educación tiene la capacidad; la educación tiene el potencial; la educación tiene ese poder mágico de cambiar y de transformar vidas.

La educación, como les está pasando ahorita a ustedes desde muy jóvenes, tiene la capacidad de cambiar su vida, y tiene la capacidad de lograr que ustedes puedan conquistar todos sus sueños, todos los que quieran.

Ahorita le preguntaba a Diego qué quería ser de grande, y me decía que todavía no sabía, pero que le gustaban mucho las matemáticas.

Y seguramente muchos de ustedes quieren ser científicos ¿Quién quiere ser científico aquí? Seguramente muchos quieren ser maestros para seguir el ejemplo de sus  maestros. Tienen muchos sueños, y yo les quiero decir algo esos sueños son posibles a través de la educación.

Y es por eso que también ahora, en los principios del siglo XXI, el presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto, tomó otra decisión muy trascendente: hacer una Reforma que pudiera transformar de fondo la educación para que sea aún mejor.

Para que podamos tener mejores escuelas, para que podamos seguir apoyando a los maestros para que cada día sean mejores; para que podamos tener mejores contenidos ¿Y para qué? para que muchos niños más como ustedes, los mil niños más destacados de este país, puedan transformar su vida a través de la educación.

Y al transformar su vida, transformar la de sus familias, y al transformar la de sus familias, la de sus comunidades, y así, a través de la educación, transformar a México.

Todos los sueños que ustedes tengan los van a conseguir a través de la educación que es el arma más poderosa. Decía Nelson Mandela, de quien seguro han escuchado hablar, que es la educación el arma más poderosa para transformar sus vidas y, por lo tanto, es también el arma más poderosa para transformar a México, y es por eso que estamos en esta convicción de lograr la gran transformación.

¿Por quiénes? Por ustedes, quienes son y tendrán en sus manos el futuro de este gran país. Sigan estudiando mucho. Sigan divirtiéndose también mucho. Sigan teniendo sueños, no pierdan ninguno; todos son posibles a través de la educación, y sigan disfrutando su estancia aquí, en la Ciudad de México.

Todos nos sentimos muy orgullosos de ustedes. Muchas felicidades.