De verdad me siento muy a gusto, me da mucho gusto volver a estar aquí en Sinaloa y agradecer la hospitalidad con la que siempre se nos recibe a todos los que venimos del Gobierno de la República.

Saludar al Gobernador Mario López. Gracias, señor Gobernador.

A los titulares de los Poderes, diputada.

Señor presidente municipal de la capital, de otros municipios que están aquí presentes, electos.

A funcionarios federales, estatales.

Pero sobre todo, saludar a jueces, a magistrados, a legisladores federales y locales, a quienes vienen de barras de abogados, a rectores de universidades, a defensores públicos, a ministerios públicos, a asesores jurídicos y muy en lo particular, a la sociedad civil.

A todas y a todos, muy buenas tardes.

Durante demasiado tiempo, por mucho tiempo, el sistema de justicia penal en México estuvo desfasado con las exigencias del país y con las necesidades de la sociedad.

Por eso es tan importante, tan, tan importante la transformación que juntos, como Estado Mexicano, hemos llevado a cabo.

Una transformación que tuvo como punto de partida una legítima demanda social, que con gran visión fue retomada por el Congreso y que dio pie a la reforma constitucional de 2008.

Y si me lo permiten, quisiera insistir en cuál es el punto central que tenemos que conocer de esta transformación y por qué es tan importante que sigamos avanzando para perfeccionarla.

Antes, la justicia penal en México se regía por un sistema inquisitivo, un sistema de procedimientos escritos y, en buena medida, opacos, en los que tanto víctimas como imputados rara vez se enfrentaban, se encontraban ante el juez y donde, además, se consideraba a la confesión como la madre de todas las pruebas.

Lo anterior daba como resultado que los procesos judiciales no garantizaban resoluciones ágiles, transparentes y, por supuesto, ni oportunas, generando así molestia, enojo, fastidio, pero sobre todo inequidad, corrupción e impunidad.

Fue ante esta realidad que se dio la reforma del 2008, para pasar a un sistema acusatorio, es decir, a uno regido por la oralidad y, sobre todo, lo más importante para el ciudadano, por la transparencia.

Uno, donde la evidencia científica sustituye a la confesión; donde se respeta el principio de que toda persona es inocente, hasta que se demuestre lo contrario.

Y muy importante, un sistema donde se reconoce que el diálogo y la conciliación y no únicamente la prisión pueden contribuir a la impartición de la justicia.

Lo decía bien el Gobernador, en este trabajo que tenemos que hacer por comunicar, tenemos que decirle a la sociedad, queremos encontrarnos, dialogar, solucionar nuestros conflictos, que no solamente es verlo en prisión y tenemos que explicarle por qué, porque si no, se va a generar esa percepción de impunidad y de falta de justicia.

En suma, esta gran reforma modifica desde sus raíces, fundamentalmente para bien, a nuestro sistema penal y éste es piedra angular para lograr que México cuente con una justicia cercana, transparente e imparcial.

Es por ello que su implementación ha sido una prioridad durante estos años, sobre todo considerando que del 2008 al 2012, no se brindó la atención y el respaldo decidido para su implementación.

Sin embargo, durante el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y gracias a la labor corresponsable entre Poderes, órdenes de gobierno y sociedad, cumplimos la meta.

Cumplimos con México al lograr que el 18 de junio de este año, el nuevo Sistema de Justicia Penal entrara en vigor en toda la República.

Efectivamente lo dijo bien el Gobernador, se nos pidió a nuestra llegada, por el atraso que había en algunas entidades, que pudiéramos diferir la fecha o que entrara en unos estados y otros no, y el Presidente dijo que de ninguna manera, tenía que haber la misma justicia en todas las regiones, en todos los estados del país y en el mismo momento.

Ha sido un largo camino que juntos hemos recorrido, pero no podemos bajar la guardia, ni descuidar, sobre todo, la implementación. Por el contrario, debemos seguir trabajando de manera permanente para consolidar la operación del sistema penal en el día a día.

A partir de una evaluación constante, rígida y del acompañamiento de la sociedad, para detectar áreas de oportunidad y resolver problemáticas operativas.

Y en este marco, si me permiten, quiero referirme a cuatro prioridades:

Primero, cerrar el paso a la impunidad. Para ello, debemos fortalecer el debido proceso.

Es fundamental continuar los esfuerzos de capacitación y actualización no solo para policías, sino también para todos los operadores, es decir, ministerios públicos, peritos, investigadores y jueces.

El desarrollo de sus labores con eficiencia y estricto apego a los protocolos, es clave para evitar que los culpables queden en libertad por errores, por errores de procedimiento.

Segundo, que las alternativas a la prisión preventiva se cumplan con rigor. Por eso es necesario garantizar la operatividad y efectividad de las unidades de medidas cautelares.

Se trata de crearlas en aquellas entidades en que faltan y de fortalecerlas donde ya existen, para que cuenten con el personal y las condiciones necesarias para cumplir su labor.

Tercero, evitar una nueva saturación de casos. Cuántos casos han quedado en el viejo sistema, archivados, lentos. Este es otro de los retos, se deben agilizar las audiencias, y eliminar los vicios del sistema anterior.

Tengamos presente que la labor aún no concluye, porque el trabajo en favor de la justicia no puede detenerse, tiene que realizarse todos los días.

Y para lograrlo, debemos seguir trabajando juntos, como hasta ahora lo hemos venido haciendo.

Esa es precisamente la importancia del Centro que hoy inauguramos formalmente, en beneficio de los municipios de la zona centro de Sinaloa, que junto con los otros, tienen, como ya lo dijo el Gobernador, más de 700 millones en inversión, bien aplicados, en edificios modernos, con tecnología de punta.

Se trata de un espacio muy importante para consolidar la eficacia, la transparencia y la funcionalidad de este sistema, pero también la coordinación entre los distintos operadores.

Porque así como la coordinación fue clave para la implementación del sistema, así también lo es para consolidar su operación continua.

¿Qué estamos buscando? Generar dentro de estos muros, confianza ciudadana en la justicia.

Y cuarto, es fundamental que los Poderes y las autoridades en los tres órdenes de gobierno, redoblemos las tareas de difusión del nuevo sistema.

Todavía hay un profundo desconocimiento no solo de los operadores, y me refiero que es el mayor de los avances, se está haciendo bien, pero me refiero particularmente de los ciudadanos, porque para exigir un derecho primero hay que conocerlo. Y por eso es tan importante que la ciudadanía entienda de qué se trata este nuevo sistema y cuáles son sus diferencias con el anterior.

No perdamos de vista que una transformación de fondo solo se consolida con la participación de la sociedad en su conjunto.

La acción decidida del Estado mexicano y sus instituciones es la mejor respuesta ante los reclamos y las exigencias de la ciudadanía.

Es la mejor manera de que el sentir y las propuestas sociales, se traduzcan en mejores leyes y políticas públicas más efectivas.

Por eso transformamos a fondo nuestro sistema de justicia, y por eso estamos trabajando para que los beneficios del nuevo modelo lleguen a cada rincón del país.Porque si antes había silencio cuando se pedía justicia, hoy debe de existir sensibilidad, compromiso y puertas abiertas.

Hoy debemos de seguir generando espacios como éste, en el que se escuche a la ciudadanía y se proteja la dignidad de las personas.

Por eso, permítanme felicitar al estado de Sinaloa, a su gobierno, a los ciudadanos, particularmente al Gobernador. Es un paso muy importante, ya tenemos la infraestructura, en algunos estados está en este proceso apenas, por regiones.

Hoy aquí está consolidado con sus cuatro centros, hoy, digamos en términos de un deporte que gusta mucho en esta zona, y a también a mí, al béisbol, en que han dado un hit muy importante que los ha llevado hasta tercera base, y que si queremos empujar para consolidar esa carrera, que será hacer justicia día a día a cada ciudadano, entonces tenemos que estar, sí, haciendo lo que nos corresponde: evaluando, checando que funcione bien este proceso.

Entonces tenemos que traer bateadores con un buen índice que sustente la efectividad y, sobre todo, la transparencia que los ciudadanos esperan de este nuevo modelo de justicia.

Adiós a la impunidad si hacemos bien nuestro trabajo.

Justicia para todos si cumplimos con nuestro deber.

Culiacán, Sin.

Discurso