Por su ubicación geográfica México se encuentra sujeto a diversos fenómenos naturales que pueden derivar en una situación de desastres; entre los eventos naturales a los que está expuesto el territorio nacional resaltan los sismos.

Nuestro país, debido a la presencia de fallas geológicas y la acción de las placas continentales está asociado a una gran zona generadora de sismos y estos han ocurrido a lo largo de millones de años.

La mayor parte de los sismos de grandes magnitudes (mayores de 7, por ejemplo) y que son los que ocasionan grandes perjuicios para el hombre, tienen epicentros en la costa del pacífico, a lo largo de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Sin embargo, también han ocurrido grandes sismos en el centro y sur de Veracruz y Puebla, partes norte y centro de Oaxaca, Chiapas, Estado de México y la península de Baja California, especialmente en la zona fronteriza con los Estados Unidos. En la ciudad capital, a esos elementos se suman las características del subsuelo y la gran densidad poblacional, originando una situación de riesgo sísmico.

Para conocer las características de las ondas sísmicas es necesario registrarlas a través de sismógrafos y acelerógrafos de tal forma que puedan ser estudiadas posteriormente y determinar así la duración del movimiento y sus direcciones principales.

Al conjunto de esos instrumentos de registro sísmicos distribuidos en una zona determinada se les denomina “Red de Observación Sísmica”.

Sin embargo, los datos que se recababan de estas redes no estaban integrados en un solo centro de análisis que permitiera responder de inmediato a las necesidades de la población. Asimismo se identificó una cobertura insuficiente de estaciones de monitoreo sísmico dada la extensión de las regiones consideradas de alto peligro. Lo anterior originaba dispersión, retraso y sobre todo falta de oportunidad para la toma de decisiones en el supuesto de ocurrir un sismo importante.

Ante esto, las autoridades que conforman el Sistema Nacional Protección Civil, la comunidad científica y las instituciones responsables se reunieron para discutir y proponer un proyecto y mecanismos de participación conjunta orientados a modernizar, ampliar e integrar la infraestructura actual de observación sísmica en México; así se originó la Red Sísmica Nacional, para reforzar los sistemas de observación e integrarlos mediante un Sistema de Información Sísmica y procesamiento de los datos en tiempo real.

El trabajo de la Red Sísmica Nacional ha enfocado sus acciones en: 

  • Ampliar la cobertura del Servicio Sismológico Nacional con más estaciones de Banda Ancha y con sistemas de comunicación satelital.
  • implementar un Sistema de Información Sísmica en Tiempo Real.
  • Reforzar y modernizar las redes acelerográficas del CENAPRED, UNAM y el CIRES, así como la instalación de nuevas estaciones para mejorar la cobertura actual.
  • Reforzar los sistemas de comunicación de estaciones acelerográficas para contar con información oportuna de las intensidades producidas por un sismo.
  • Integrar la información generada por las redes sísmicas en una Base Nacional de Datos sobre Sismos ocurridos en México.
El aprovechamiento de la instrumentación e información científica se ve ahora acompañado con la activación en tiempo real de acciones de comunicación con la ciudadanía a través de las redes sociales, promoviendo la cultura de la prevención facilitando información y conocimiento para que en México todas y todos seamos parte.