De acuerdo con el sitio de la BBC News Magazine, fue una mujer llamada Bridget Driscoll quien fue arrollada por lo que denominaron “un carruaje sin caballos” y perdió la vida debido a un fuerte golpe en la cabeza.

Ella caminaba junto con su hija cerca del lugar en donde se llevaba a cabo una exhibición de automovilismo, en esa época había muy pocos automóviles a gasolina en Gran Bretaña; por lo que se entiende que ella vacilara frente al automóvil y luciera desconcertada antes de ser golpeada.

El automóvil iba a un “paso tremendo”, como un camión de bomberos, “ tan rápido como un buen caballo podría galopar” declaró una testigo. Por su parte el conductor dijo que iba a 4 mph cuando mató a la señora Driscoll y que había tocado el timbre y gritado. May, la hija de la víctima afirmó que el conductor no parecía entender lo que estaba haciendo” y que había zigzagueado hacia ellos.

Hubo informes contradictorios sobre la velocidad y la forma en la que el señor Edsall, el conductor manejaba el vehículo.  El  jurado emitió un veredicto de muerte accidental. El señor Edsall, había estado conduciendo solo desde hace tres semanas, sin necesidad de licencia, y no había recibido instrucciones sobre en qué lado de la carretera debía mantenerse.

La Sra. Driscoll murió solo unas semanas después de que una nueva ley parlamentaria, diseñada para los nuevos y más livianos automóviles de gasolina, electricidad y vapor, elevó el límite de velocidad a 22.54 km por hora.

En esa época, los peatones hacían uso de las calles libremente. Luego, de la aparición del automóvil, tuvieron que adoptarse medidas de tránsito y circulación para que ambas formas de traslado pudieran organizarse y complementarse y para el año 1933 empezó la planificación urbana y se comenzó a ubicar a los peatones hacia los bordes de la vía, para que los automóviles pudieran transitar con mayor velocidad.

De esta forma se evitaron los posibles accidentes que pudieran ocurrir por la interacción de ambos. Luego,  con la construcción de puentes y pasarelas logró mejorarse la forma de traslado de los peatones, creando espacios exclusivos para su paso.

Poco se sabía de cómo cambiarían los tiempos durante el siglo XX y actualmente, en donde en el 2020 a nivel mundial murieron en un accidente de tránsito 1.35 millones de personas de las cuales el 26% fueron peatones o ciclistas. Tendiendose que la mayoría de las víctimas ocurren en los países en desarrollo y las cifras aumentan en la medida en que crece el parque vehicular.

Con el gran aumento de todo tipo de transporte: transporte público, automóviles particulares, trenes, motocicletas, bicicletas y demás trajo aparejado el descuido y la reducción de los espacios de circulación para el peatón y para la década de 1990  y hasta la actualidad se ha insistido en la necesidad de mejorar los ambientes urbanos, integrando el tráfico motorizado junto a los peatones y ciclistas, de un modo más seguro y funcional.
Un peatón es toda persona que realiza a pie al menos parte de su recorrido. Además de la forma habitual de caminar, los peatones pueden utilizar ayudas para desplazarse como sillas de ruedas, andadores, bastones, patinetes y patines  Pueden transportar distintas cargas en las manos, en la espalda, sobre la cabeza o los hombros, o mediante empuje o tracción.

También se considera que las personas que corren, practican jogging o marcha, se sientan o se tumban en la vía pública forman parte de ese colectivo. Desde esta definición, todos somos peatones y usuarios de la vía pública.  Hoy los peatones encabezan la jerarquía de la movilidad y de acuerdo al artículo 6 de la Ley General de Movilidad publicada en mayo de este año tenemos derecho a que la planeación, diseño e implementación de las políticas. Públicas, planes y programas en materia de movilidad deben favorecernos en todo momento, garantizándonos la prioridad en el uso y disposición de las vías en el órden en el que se muestra la pirámide de la movilidad.

Por ejemplo la gestión de la velocidad es un aspecto esencial de la seguridad vial pues la fuerza del impacto en una colisión entre un vehículo motorizado y una persona que va caminando se determina de acuerdo a la velocidad en la que se desplaza el vehículo y esto determina las probabilidades de heridas graves o mortales; el 71% de las causas de los siniestros viales en carreteras federales en nuestro país fueron atribuibles a alguna imprudencia de la persona que conducía. Por eso, las principales medidas en seguridad vial consisten en establecer límites de velocidad de entre 30 y 40 kilómetros por hora en las zonas residenciales y con alta concentración de peatones.

En el sistema vial convivimos personas peatonas, ciclistas, usuarias de vehículos no motorizados, prestadoras de servicios de transporte público de pasajeros y de servicios de transporte y distribución de bienes y mercancías así como vehículos motorizados particulares y es absolutamente necesario que aprendamos a convivir armónicamente en la vía pública, respetando los derechos de todas las personas que interactuamos en ella.

De esta forma todas y todos estaremos contribuyendo a generar y convertir cada vez más personas usuarias, seguras y conscientes de las formas en las que podemos proteger la vida a nuestro paso por las vialidades de nuestro país.