Dirección General Adjunta de Comunicación Social y Cambio Cultural
Comunicado de Prensa 58 9 de mayo de 2014.

Si bien se han logrado avances en el papel de la maternidad y paternidad responsable, aún falta un cambio en el pensamiento masculino para lograr un equilibrio en la sociedad mexicana, toda vez que la responsabilidad de los hogares no corresponde sólo a las mujeres.

Si bien con la participación masiva de las mujeres en el ámbito laboral se han superado algunos mitos e imaginarios sociales que las reconocían sólo por su capacidad procreadora, aún persiste la presión económica que las somete a una condición de dependencia, resignación y en algunas ocasiones todavía se ven en la necesidad de aguantar violencia en el hogar.

La división del trabajo al interior de las familias determina los distintos roles y responsabilidades para hombres y mujeres, tradicionalmente en la mujer recae la crianza de los hijos y las tareas asociadas a las labores domésticas, aspecto que en muchas ocasiones va acompañado con su incorporación en el mercado de trabajo.

En el caso de la participación económica, las madres se incorporan en condiciones más adversas que el resto de las mujeres. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2013, segundo trimestre, la tasa de ocupación económica de la población femenina de 14 años y más con al menos un/a hijo/a difiere según el número de descendencia: mientras que para las madres con uno o dos hijos/as es de 51.1 por ciento, para aquellas que tienen tres a cinco hijos/as es de 43 por ciento y para las de seis hijos/as y más es de 25.1 por ciento.

Según el estado conyugal, las tasas de participación más altas entre las madres se presentan cuando éstas son solteras (72%) y cuando son separadas, divorciadas o viudas (46%). Cuando están unidas o casadas, la tasa es de 39.8.

Del total de madres ocupadas en la actividad económica, 61.5 por ciento son trabajadoras subordinadas y remuneradas, 28.5 por ciento trabajan por cuenta propia, 7.3 por ciento no tiene remuneración y sólo el 2.7 por ciento se desempeña como empleadora. Respecto al número de horas trabajadas, el 38.2 lo hace menos de 35 horas semanales.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011, 34 por ciento de las madres de 15 años y más casadas o unidas declaró haber padecido al menos un incidente de violencia por parte de su pareja.

Del total de madres de 15 años y más casadas o unidas, 27.4 por ciento ha sufrido violencia emocional, 17.5 por ciento económica, 6.4 por ciento física y 2.9 por ciento sexual.

Los orígenes de la celebración del Día de la Madre se remontan a la Inglaterra del siglo XVII, en donde existía el “Domingo de servir a la madre”. En Estados Unidos esta celebración se hizo pública en 1872 y se instituyó en 1907, aunque no fue sino hasta 1914 cuando se planteó que fuera siempre un 10 de mayo.

En México, el 10 de mayo se festejó por primera vez en 1911, pero fue hasta 1922 cuando se institucionalizó esta celebración impulsada por el periodista Rafael Alducín, quien retomaba la iniciativa de Estados Unidos bajo el argumento de que en nuestro país se preocupaban más por mantener los valores familiares y morales que los norteamericanos.

La campaña promovía la reflexión sobre el papel de las madres y los hijos, era una invitación a mantener los valores morales y familiares como cohesión de la sociedad. Todo esto fue bien recibido por los comerciantes, quienes vieron la oportunidad de incrementar sus ventas.