En México, cada año, se diagnostican alrededor de 195 mil 500 casos de cáncer en sus diferentes tipos, desafortunadamente el 46 por ciento de pacientes fallece por esta causa, debido a la falta de un diagnóstico oportuno (INCan).

Hay muchos tipos de tratamiento para el cáncer. El tratamiento que se aplica depende del tipo de cáncer y de lo avanzado que esté.

Algunas personas con cáncer solo recibirán un tipo de tratamiento. Sin embargo, la mayoría recibe una combinación de tratamientos como cirugía con quimioterapia o con radioterapia.

Dependiendo del tipo, el grado y la ubicación de un cáncer, se puede utilizar una variedad de modalidades de tratamiento para abordarlo.

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QUIMIOTERAPIA

La quimioterapia es el uso de un producto químico o compuesto farmacológico, que interfiere con la reproducción o proliferación de las células cancerosas, y produce una intoxicación que las lleva a la muerte y a su eliminación. En muchos casos, debido a la naturaleza tóxica de la sustancia química utilizada y la distribución no específica de la sustancia química en todo el cuerpo, los efectos secundarios de la quimioterapia incluirán síntomas como mucositis oral y pérdida de cabello (ambos son indicativos de la muerte celular que afecta las células en rápida división).

La quimioterapia se utiliza con frecuencia para tratar el cáncer, ya que las células cancerosas crecen y se multiplican mucho más rápido que la mayoría de las células del cuerpo.

Existen muchos medicamentos diferentes de quimioterapia. Los medicamentos de quimioterapia pueden administrarse solos o en combinación para tratar una gran variedad de tipos de cáncer.

A pesar de que la quimioterapia es una manera eficaz de tratar muchos tipos de cáncer, el tratamiento con quimioterapia también acarrea el riesgo de que se presenten efectos secundarios. Algunos efectos secundarios de la quimioterapia son leves y pueden tratarse, mientras que otros pueden ocasionar complicaciones graves y permanentes.

Existe una variedad de situaciones en las cuales puede usarse quimioterapia en personas con cáncer:

Curar el cáncer sin otros tratamientos. La quimioterapia puede utilizarse como tratamiento principal o único contra el cáncer.

Después de otros tratamientos para matar las células cancerosas resistentes. La quimioterapia puede usarse después de otros tratamientos, como la cirugía, para eliminar cualquier célula cancerosa que pudiera permanecer en el cuerpo. Los médicos denominan a esto "terapia adyuvante".

Preparación para otros tratamientos. La quimioterapia puede usarse para encoger un tumor de forma tal que otros tratamientos, como la radiación o la cirugía, resulten posibles. Los médicos denominan a esto "terapia neoadyuvante".

Aliviar los signos y síntomas. La quimioterapia puede ayudar a aliviar los signos y síntomas del cáncer, mediante la eliminación de algunas de las células cancerosas y sus efectos. Los médicos llaman a esto quimioterapia paliativa.

Quimioterapia para tratar enfermedades no oncológicas.

Algunos medicamentos de quimioterapia han demostrado ser útiles en el tratamiento de otras enfermedades, como:

Enfermedades de la médula ósea. Enfermedades que afectan la médula ósea y las células sanguíneas pueden tratarse con trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células troncales o “madre”. La quimioterapia generalmente se usa para prepararse para un trasplante de médula ósea.

Trastornos del sistema inmunitario. Dosis más bajas de medicamentos de quimioterapia pueden ayudar a controlar un sistema inmunitario hiperactivo en determinadas enfermedades, como es el caso del lupus y la artritis reumatoide. (2)

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RADIOTERAPIA

La radioterapia es similar a la quimioterapia en el sentido de que el objetivo es eliminar las células cancerosas que se dividen rápidamente, mientras que afecta poco, o menos, las células que se dividen más lentamente. La eficiencia de ambas modalidades depende de los procesos normales de reparación celular del cuerpo, para arreglar el ADN dañado en las células.

Las células cancerosas cuyos mecanismos de reparación y reproducción funcionan de manera anormal continúan dividiéndose, replicando el daño que causó la radiación de generación en generación, lo que conduce a su muerte, una vez que el daño acumulado es tal que la célula no puede superar el punto de control en su proceso de división (ciclo celular) y muere.

Algunas modalidades de la radioterapia permiten focalizar la radiación de modo que daña poco o nada los tejidos circundantes y las células sanas, por lo que es menos agresiva que la quimioterapia, pues esta última provoca una alteración de la bioquímica celular. (1)

La radioterapia es uno de los tratamientos oncológicos más utilizados y mucho menos agresivo que la quimioterapia, con menos efectos secundarios desfavorables. Consiste en emplear las distintas formas de la radiación ionizante (rayos X, rayos gamma, partículas), aisladamente o en combinación con intervenciones quirúrgicas o quimioterapia, para atacar y destruir los tumores. Puede ser externa (teleterapia) o interna (braquiterapia, radioterapia de radionúclidos dirigidos).

¿Cómo se trata el cáncer mediante la radioterapia?

El cáncer es una enfermedad en la que las células se multiplican de manera descontrolada, formando masas tumorales que afectan la función de los tejidos y órganos circundantes. En ocasiones, algunas células de esas masas se desprenden e invaden otras partes del cuerpo al desplazarse a través del torrente sanguíneo o el sistema linfático.

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La radioterapia emplea dosis precisas de radiación ionizante para dañar el ADN de las células cancerosas y evitar que sigan reproduciéndose. Tras la irradiación, el tumor reduce su tamaño y, en algunos casos, desaparece por completo. Este tratamiento, cuyos orígenes se remontan a la década de 1890, puede emplearse en casi todos los tipos de cáncer, de manera individual o en combinación con otros tratamientos —como la quimioterapia o la cirugía—, para curar la enfermedad o aliviar sus síntomas.

Teleterapia

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La teleterapia es la radioterapia administrada con una fuente externa de radiación situada a cierta distancia del cuerpo. Es el tipo de radioterapia más utilizada en el tratamiento contra el cáncer, y suele administrarse mediante una fuente de cobalto-60, que emite rayos gamma de alta energía, o un acelerador lineal, que puede emitir rayos X, o electrones de alta energía. Por lo general, el tratamiento se dispensa diariamente por un periodo que va de 4 a 8 semanas.

A fin de administrar una dosis uniforme a la zona afectada, que puede ser de varios centímetros de grosor, la fuente de radiación se coloca a cierta distancia del paciente (entre 80 y 150 cm, por lo general). En su trayectoria, el haz de radiación atraviesa al paciente para llegar al tumor irradiando así también al tejido sano, por ejemplo, la piel. Para reducir este efecto en el caso de los tumores profundos se utilizan haces de alta energía y el tratamiento se administra desde varios ángulos, con lo que se maximiza la dosis recibida en el punto de intersección (que coincide con el tumor) evitando y reduciendo la dosis recibida por los tejidos sanos.

Técnicas modernas de teleterapia

Las técnicas más recientes, como la radioterapia conformada tridimensional, la radioterapia de intensidad modulada y la radioterapia guiada por imágenes, permite delimitar con mucha más exactitud la zona afectada que recibe la dosis prescrita de radiación.

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Estas técnicas de radioterapia permiten administrar una dosis de radiación menor al tejido sano y una dosis mayor al tumor. Los pacientes sometidos a radioterapia no experimentan sensación física alguna durante la exposición a la radiación, es algo muy parecido a hacerse una radiografía. Sin embargo, pueden darse efectos secundarios.

En los tejidos que se dividen rápidamente, como la mucosa y la piel, la primera reacción es parecida a una quemadura solar. En las células que se dividen lentamente, como las del riñón o de los vasos sanguíneos del cerebro y la médula espinal, la tolerancia a la radiación es menor. De sobrepasarse un determinado umbral, se corre el riesgo de que aparezcan efectos tardíos que suelen manifestarse varios meses después del tratamiento.

Gracias a la tecnología moderna es posible preservar considerablemente los órganos vitales. Es un tratamiento seguro, pues la evolución de los equipos de radioterapia y la exactitud con la que hoy se localizan los puntos sobre los que se quiere actuar, gracias a los sistemas guiados por imagen (IGRT), ha conseguido minimizar los efectos no deseados que se habían producido anteriormente. La investigación radiobiológica es otro recurso importante que permite elegir el mejor programa de tratamiento. (3)

Braquiterapia

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La braquiterapia es un procedimiento que se usa para tratar tipos de cáncer específicos y otras afecciones. Consiste en colocar material radiactivo dentro del cuerpo, lo que a veces se llama radiación interna.

La braquiterapia le permite al equipo de atención médica suministrar dosis más altas de radiación que con la radiación externa, debido a que la braquiterapia administra radiación directamente en el área de tratamiento evitando la pérdida de su energía al atravesar los tejidos circundantes, lo que reduce el riesgo de dañar el tejido sano cercano.

Con la braquiterapia, la duración general del tratamiento puede ser menor, ya que se puede administrar una dosis más alta de radiación de una vez y de forma segura.

Cuando se usa para tratar el cáncer, la braquiterapia se puede usar sola o junto con otros tratamientos contra el cáncer. Por ejemplo, a veces se utiliza braquiterapia después de una cirugía. De acuerdo con este enfoque, se utiliza la radiación para destruir todas las células cancerosas que puedan haber quedado. También se puede usar la braquiterapia junto con la radiación externa. (4)

La radioterapia de radionúclidos dirigidos al igual que la braquiterapia permite depositar una alta dosis de radiación directamente a la zona de interés, con la diferencia de que en el caso de la terapia dirigida se usan pequeñas moléculas que reconocen de forma muy específica a las células que conforman al tumor, permitiendo hacer un diagnóstico preciso de los cambios moleculares de las células en tiempo real y depositando toda la energía de la radiación exclusivamente a las células de cáncer, y llevándola hasta el interior de la célula prácticamente sin afectar las células sanas.

Radioterapia para tratar enfermedades no oncológicas

Hace unos años se ha empezado a generalizar el uso de la radioterapia para el tratamiento otras enfermedades que no son cáncer. Es lo que llamamos radioterapia aplicada a patología benigna, aunque en algunos casos “benigno” no sea lo más adecuado para referirnos a tales procesos.

La radioterapia en dosis muy bajas tiene un efecto antiinflamatorio y antiproliferativo, muy beneficioso en enfermedades inflamatorias y degenerativas. De hecho, hay países, como Alemania y Reino Unido, en los que está muy generalizada su aplicación en estos procesos.

Usado a dosis muy bajas, los estudios han demostrado que no tiene efectos dañinos. La radioterapia contra el cáncer destruye tejido maligno, pero a dosis hasta cien veces más bajas que las aplicadas en un tratamiento convencional, ayudan a reducir síntomas como el dolor y las alteraciones de movilidad, asociados a determinadas enfermedades.

La radioterapia está indicada en enfermedades inflamatorias como la tendinitis, y la fascitis; y en enfermedades degenerativas como artrosis de mano, hombro, rodilla y cadera, y para el exceso de salivación (sialorrea).

También se aplica a procesos proliferativos (aquellos en los que hay un crecimiento no canceroso de un tejido), como la osificación heterotópica de cadera (crecimiento del hueso en torno a la prótesis recién colocada), la degeneración macular asociada a la edad o la psoriasis.

Otra indicación es la prevención y el tratamiento de la ginecomastia (crecimiento de la glándula mamaria en hombres, como efecto del bloqueo hormonal de la próstata o de fármacos para afecciones cardiacas) y la mastodinia (cuando este proceso causa dolor).

Se suele usar en pacientes mayores de 50 años, para evitar la reaparición del tumor o tumores secundarios en pacientes, que 30 años atrás recibieron radioterapia convencional.

Su principal ventaja frente a tratamientos conservadores (fisioterapia) o farmacológicos, es que el periodo de tratamiento es más corto y sus efectos son más prolongados. Para el tratamiento de condiciones inflamatorias como la fascitis, que por lo general se ataca con fisioterapia se suele aplicar radioterapia dos días a la semana durante tres semanas, para solucionar el problema siendo una opción de tratamiento rápida y eficiente. Se administra la misma dosis, en el caso de la artrosis, pero sólo actúa sobre los síntomas (mitiga el dolor, pero no soluciona la degeneración del hueso). (5)

Rayos de esperanza

En 2022, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) puso en marcha la iniciativa “Rayos de Esperanza” para fomentar la creación y expansión de los servicios de radioterapia e imagenología médica para los enfermos de cáncer.

La iniciativa tiene por objeto crear capacidad en el ámbito de la medicina radiológica y contribuir a que se ofrezcan servicios de capacitación, orientación, tecnología y control de calidad a los países que tienen un acceso limitado a la radioterapia. También favorece la creación de centros de referencia, con los que se busca mejorar la educación, la investigación, la capacitación, la garantía de la calidad y la infraestructura de la región donde se encuentran.

Y mediante el Programa de Acción para la Terapia contra el Cáncer (PACT), en cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros asociados internacionales, el OIEA ayuda a los países a mejorar sus servicios nacionales de atención oncológica gracias a la transferencia de conocimientos científicos, la organización de actividades educativas y de capacitación, y el suministro de equipos de vanguardia.

La asistencia prestada por el OIEA ha ayudado a muchos países a crear o reforzar capacidades en el ámbito de la medicina radiológica, incluida la radioterapia, la radiología y la medicina nuclear. (6)

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Por: Centro de Documentación y Divulgación Científica (CDDC)

Con investigación de Claudio Fernández Ortega del CDDC.

Revisión técnica: Dra. Erika Patricia Azorín Vega, investigadora del Laboratorio Nacional de Investigación y Desarrollo de Radiofármacos (Lanider), del ININ.

REFERENCIAS

  1. Beckman Coultern (2024). ¿Cuál es la diferencia entre quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia? Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://www.beckman.mx/support/faq/research/difference-between-chemotherapy-radiation-immunotherapy
  2. Mayo Clinic (2022). Quimioterapia. Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://www.mayoclinic.org/es/tests-procedures/chemotherapy/about/pac-20385033
  3. OIEA (2023). Tratamiento del cáncer: Radioterapia. Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://www.iaea.org/es/temas/tratamiento-del-cancer-radioterapia#:~:text=Es%20el%20tipo%20de%20radioterapia,o%20electrones%20de%20alta%20energ%C3%ADa.
  4. Mayo Clinic (2022). Braquirradioterapia. Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://www.mayoclinic.org/es/tests-procedures/brachytherapy/about/pac-20385159
  5. Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer (2023) La radioterapia como tratamiento de enfermedades no cancerosas. Seis preguntas y respuestas. Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://itaccancer.es/noticias/la-radioterapia-como-tratamiento-de-enfermedades-no-cancerosas-seis-preguntas-y-respuestas/
  6. OIEA (2023). ¿Qué es la radioterapia? Recuperado el 20 de febrero, 2024, de: https://www.iaea.org/es/newscenter/news/que-es-la-radioterapia