La milpa es un sistema ancestral en el que se produce maíz, frijol y calabaza en el mismo espacio y tiempo. 

La tecnología de Milpa en Transición Agroecológica consiste en sembrar dos semillas de maíz, una de frijol a 0.5 metros (m) de separación y una semilla de calabaza cada 3 m de distancia. Las semillas de estas especies son tratadas previamente con microorganismos benéficos (micorriza) a la dosis de 1 kg/20 kilogramos (kg) de semilla.

Éstas se siembran a espeque en el surco del cultivo anterior y sobre los residuos del mismo que, de preferencia, deberán ser los restos de un cultivo de leguminosas. Así mismo, se sugiere evitar el movimiento del suelo. Además del tratamiento a la semilla se aplican 100 gramos por mata de lombricomposta y 4 g de la mezcla de fertilizante químico: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).

Para evitar el uso de insecticidas, previo a la siembra se instalan trampas de luz para el monitoreo y captura de adultos de gallina ciega; posterior a la siembra, se colocan trampas de feromonas para la captura del adulto de gusano cogollero. Asimismo, se realiza una segunda fertilización a base de 10 g por mata con urea (N) y se complementa con dos aplicaciones de lixiviados de estiércol de ganado ovino en aplicación foliar.

Con esta tecnología se reducen costos de producción, al invertir $2,300/ha por la disminución del uso de insecticidas y fertilizantes químicos en la milpa y se favorece la producción de alimentos nutritivos e inocuos.

Esta tecnología rescata la biodiversidad de las especies al asociar un sistema de maíz, frijol y calabaza; y contribuye al uso intensivo de la producción en el suelo por medio de la obtención de más de tres productos. En la alimentación, se usa el maíz como energía, el frijol como proteína y el chile como fuente de calorías.

Aunque el maíz es una planta extractora de nutrientes, el frijol restituye o fija nitrógeno atmosférico al suelo, mientras que la siembra de calabaza – al expanderse en la superficie del suelo – ayuda a no dejar crecer arvenses no deseadas. El chile tiene sustancias bioquímicas que aleja a las plagas dañinas del maíz y el frijol.

Leodegario Osorio Alcalá osorio.leodegario@inifap.gob.mx