Con el propósito de fomentar la cultura de medición del agua, necesaria para la evaluación y supervisión  de los  sistemas de riego a nivel parcelario, investigadores del Campo Experimental Valle del Fuerte perteneciente al Centro Regional de Investigación Noroeste (CIRNO) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) establecieron una Metodología práctica para determinar la eficiencia de aplicación (EA) en cualquier sistema de riego, utilizando la ecuación del regador y los requerimientos hídricos de los cultivos.

Ernesto Sifuentes Ibarra, investigador del INIFAP, señaló que los productores, frecuentemente, aplican el agua hasta que el terreno adquiere un color oscuro o hasta que se moje el último terrón, y continúan regando hasta que el agua llegó al final de todos los surcos por tiempo indefinido, dando como resultado eficiencias de aplicación menores al 50%, es decir, por cada 100 litros de agua que entran a la parcela, se aprovechan menos de la mitad. De esta manera, cuando los productores no consideran la EA del sistema pueden tener un déficit de humedad o bien sobre-irrigar. Poca agua produce estrés y reduce los rendimientos, mientras que agua en exceso causa asfixia y lavado de fertilizantes móviles. además, induce la presencia de enfermedades y afecta la calidad y cantidad de la producción. 

/cms/uploads/image/file/833396/1.jpg

En este contexto, el investigador destacó que, de acuerdo a estudios realizados en campo, se estableció una metodología práctica para determinar la EA que representa la relación entre los requerimientos hídricos de los cultivos o lámina de riego neta (Ln) y la lámina de agua aplicada, también conocida como lámina bruta (Lb); comúnmente EA se expresa  en porcentaje: EA = Ln / Lb) x 100.

Ln se define como la suma de la evapotranspiración del cultivo (ETr) en un periodo de tiempo determinado y se estima mediante la ecuación: ETr = ETo x Kc, donde ETo representa la evapotranspiración de un cultivo de referencia como pasto con una altura fija de 12 cm sin déficit de humedad (adquirida de estaciones climáticas automatizadas). Kc es un factor de escala llamado coeficiente de cultivo, que depende del tipo y etapa fisiológica del cultivo (se recomienda usar valores locales o de otras fuentes, como las publicadas por la FAO: www.fao.org). En el Cuadro 1, se muestran los requerimientos hídricos totales (de siembra a madurez), de los cultivos del norte de Sinaloa.

Cuadro 1. Requerimientos hídricos totales (Ln) de los cultivos del norte de Sinaloa.

Cultivo

Lámina neta (cm)

Cultivo

Lámina neta

Maíz

45.0

Chile jalapeño

36.3

Frijol

28.0

Calabaza

10.5

Trigo

31.9

Maíz dulce

21.8

Garbanzo

25.4

Sorgo

31.6

Algodonero

65.7

Soya

33.7

Cártamo

25.0

Caña planta

150.0

Papa

36.0

Caña soca

110.1

Tomate

28.8

Mango

92.7

Nota: Un cm de Ln representa 100 metros cúbicos por hectárea (m3/ha). Por ejemplo, una Ln = 45 cm (maíz) equivale a 4,500 m3/ha.

Para calcular Lb, se utiliza la ecuación del regador Lb = (Q x T x 3600)/ A, donde Q es el gasto de riego expresado en metros cúbicos por segundo (m3/s), T es el tiempo de riego en horas (h) y A es el área regada en metros cuadrados (m2).

Los sistemas de riego por goteo y aspersión, son los más eficientes con un valor máximo de 95%, a diferencia de los sistemas de riego por gravedad, que se distinguen por su baja eficiencia, sin embargo, con un diseño y manejo adecuado, pueden lograr eficiencias mayores al 70% como las de algunos sistemas de aspersión.

/cms/uploads/image/file/833397/Riego_con_encharcamientos.jpg

Para mayor información, consultar la Biblioteca Digital del INIFAP en la siguiente liga electrónica: https://vun.inifap.gob.mx/BibliotecaWeb/_Content?/=14483