Para mantener la biodiversidad y proteger a las especies de la extinción, no sólo basta el cuidado y la conservación adecuada del hábitat, ya que existe una compleja coexistencia e interrelación entre los ecosistemas, la sociedad, la cultura e incluso, la economía.

La crisis de la pérdida de biodiversidad por el impacto de las actividades humanas ha afectado el funcionamiento de los ecosistemas y los servicios ecosistémicos, así mismo se ha incrementado la carencia de espacios silvestres. De esta forma, la conservación de las especies implica modificar las prácticas industriales, agrícolas y ganaderas, garantizar la conectividad ecológica e incluso implementar estrategias para frenar la demanda del mercado sobre ciertos recursos naturales

Existen dos estrategias que permiten la conservación de ecosistemas y especies: se le conoce como in situ, cuando las especies son conservadas en el lugar del que son originarias, es decir, en sus hábitats naturales como áreas silvestres, espacios de conservación y reservas naturales; mientras que la segunda o ex situ, se realiza en jardines botánicos, zoológicos y criaderos, bajo esquemas de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs).

Ambos tipos de estrategias llegan a ser complementarias, sin embargo, los programas de conservación se pueden ver afectados debido a la falta de espacios silvestres, causado por la presencia de las actividades y asentamientos humanos. En el 2001 se acuñó el término “sorta situ”, refiriéndose a “un tipo de estrategia de manejo ex situ que se aproxima a las condiciones in situ”. Dicho de otra forma, este tipo de conservación nace por la necesidad de adaptar a las especies a ecosistemas con presencia humana ante la escasa disponibilidad de hábitats extensos en donde con anterioridad no habia intervención humana.

¿Contribuyen los zoológicos en la conservación de las especies?

Sí, los zoológicos constituyen una herramienta fundamental, ya que son espacios que promueven la conservación de las especies ex situ, otorgan servicios educativos y culturales permitiendo sensibilizar a la sociedad sobre nuestro impacto en el ambiente.

Las principales aportaciones de los zoológicos como centros de conservación son: programas de conservación, reproducción en cautiverio y reintroducción a vida libre, aislamiento de las especies frente a amenazas como la cacería ilegal y la competencia con otras especies no nativas; concientización social sobre la problemática y desarrollo de propuestas para mitigar el impacto ambiental, además de permitir a la sociedad conocer a las especies silvestres bajo cuidado humano

Espacios de conservación en el área metropolitana

Los bosques de Chapultepec, San Juan de Aragón, parques y áreas remanentes de vegetación natural, son los únicos recintos que dan servicios ambientales de regulación y soporte, mientras que parques, zoológicos y espacios naturales, aportan también servicios ambientales, culturales y educativos a la ciudadanía; el mantenimiento, cuidado y conservación de todos estos espacios tienen un impacto positivo en el medio ambiente y en la sociedad.

Cuidado y conservación de especies nativas en la zona metropolitana

Se deben promover economías locales sustentables y la mitigación y compensación de daños para la fauna silvestre, así como planes de reintroducción y recolonización de especies afectadas. La recuperación de esta fauna, permite que las interacciones entre las especies, los elementos y los procesos naturales de un ecosistema funcionen adecuadamente, llevando a una integridad ecológica.

Según la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, el axolote mexicano (Ambystoma mexicanum) es una especie en peligro crítico de extinción, debido a la pérdida del hábitat, la introducción de especies invasoras y la sobreexplotación como especie para consumo. Parte de los esfuerzos por preservar a esta especie, incluyen la restauración de su hábitat y su conservación en ambientes bajo cuidado humano. En dichas condiciones, es necesario cuidar y prevenir problemas de salud de origen infeccioso y para ello, se debe contar con herramientas que permitan detectar de manera oportuna las enfermedades más comunes, como es el caso de la quitridiomicosis, una micosis que ataca la piel de anfibios y es causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

Contribuciones entre el zoológico de Chapultepec y el INIFAP

A través de la colaboración entre investigadores y médicos veterinarios del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Zoológico de Chapultepec, se están realizando estudios mediante el proyecto “Implementación de herramientas diagnósticas en el laboratorio de diagnóstico médico veterinario, de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, para la identificación de patógenos que comprometen la salud de animales silvestres bajo cuidado humano, en la Ciudad de México”, financiado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), en el cual se busca implementar y validar pruebas para la detección oportuna y control de enfermedades en especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios bajo cuidado humano de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, en la Capital de México, para brindar estrategias que favorezcan el control y eviten la diseminación de las enfermedades en áreas destinadas a la conservación de especies, promoviendo el cuidado y preservación de los ecosistemas nativos, así como el desarrollo de nuevas líneas de investigación que puedan ser útiles para alcanzar este objetivo.

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