Fue consejera del Instituto Nacional de la Senectud en 1979, organismo que más tarde cambió su nombre por el de Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), como se le conoce actualmente.

La doctora Berthely, como la conocieron familiares y allegados, fue un ejemplo del envejecimiento sano, activo y digno, que promueve el Inapam..

Maestra de profesión, fue también académica, poeta, diplomática, política, defensora de  los adultos mayores, y feminista por vocación. Pese a las dificultades de su época, caracterizadas por la preeminencia masculina en muchas de las actividades socioeconómicas, ella logró forjar una gran trayectoria y un reconocimiento nacional e internacional.

Nació en Tlacotalpan, Veracruz, en el seno de una familia sencilla; se caracterizó por ser una estudiante sobresaliente. Obtuvo la maestría en psicología, el doctorado en pedagogía y la especialización en gerontogeriatría. Además incursionó en la literatura y escribió cinco libros de poemas, con los cuales acumuló tres premios nacionales.

Debido a su amplia trayectoria en el ámbito educativo, social y cultural recibió  la medalla de oro al talento y al saber por el presidente de la República en 1987 y  las medallas “Adolfo Ruiz Cortines” por el Gobierno del estado de Veracruz, “Juan de Dios Bátiz”, por sus 30 años de servicio en el Instituto Politécnico Nacional y “Valentín Gómez Farías” por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.

Fue fundadora, integrante y presidenta de numerosas asociaciones civiles; presidió durante 24 años el Subcomité de Bioética del Comité Nacional de Atención al Envejecimiento en el seno de la Secretaría de Salud, e integrante, hasta su fallecimiento, del Consejo Interinstitucional de Adultos Mayores en el Inapam.

Este instituto, encabezado por su directora, Aracely Escalante Jasso y todo el personal que lo integra, lamenta su fallecimiento y rinde, con estas líneas, un sencillo homenaje a tan ilustre personaje.