presenta una problemática ambiental desde 2011 debido a un aumento acelerado de la población, lo que ha provocado el surgimiento de problemas en el acuífero, la modificación de los ecosistemas terrestres y costeros, el incremento de zonas de riesgo y la vulnerabilidad ante eventos hidroclimatológicos extremos, entre otros. 

Es por esto que se desarrolló un plan rector en materia de agua a partir de la iniciativa de la sociedad civil organizada en conjunto con entidades federales, estatales y municipales, además de asociaciones civiles con apoyo de la fundación Río Arronte, para llevar a cabo un trabajo interdisciplinario. 

En la primera etapa (2013-2017) se da inicio a las acciones emanadas del Plan Rector: a través de la Coordinación Técnica se dio seguimiento físico, técnico y administrativo a los diversos proyectos y programas para poder condensar las acciones comprometidas y difundir los avances y resultados del programa, generando así los instrumentos que permitan hacer una evaluación sobre el impacto del mismo en el entorno. 

Derivado de este proceso, a través de un convenio de colaboración con la Fundación Gonzalo Río Arronte, el IMTA participó en la realización de este plan estratégico que consistió en un diagnóstico socioambiental, así como en acciones que tendrían que implementarse para recuperar y para frenar el deterioro ambiental de la península, considerando el agua como un elemento primordial. 

En total fueron nueve los problemas prioritarios que se identificaron mediante un proceso de consenso, sustentado y respaldado por el intercambio y análisis de información, y la realización de entrevistas y reuniones de trabajo:

  • Reducción de la cantidad y calidad del agua en la región (sobreexplotación de fuentes, incremento de la presión hídrica, contaminación puntual y difusa, lixiviados de residuos sólidos, etc.). 

  • Deterioro de recursos naturales (suelo, costa, playas, humedales, cenotes, bosque y selva).

  • Crecimiento urbano desordenado. 

  • Rezagos sociales y económicos (sistemas de agua potable y saneamiento no sustentables, baja productividad en sectores productivos, falta y pérdida de empleos, etc.).

  • Pobreza extrema e insalubridad (falta de fuentes y oportunidades de empleo, marginación social, efectos de la contaminación por residuos sólidos y aguas residuales, analfabetismo, etc.). 

  • Legislación insuficiente, reducida conciencia y participación social y baja cultura ambiental. 

  • Fenómenos extremos.

  • Cambio climático.

  • Insuficiencias en el monitoreo e información socioambiental.

Se implementaron tecnologías apropiadas en algunas localidades, donde el IMTA, en conjunto con la Fundación, dio acompañamiento durante todo el proceso, desde el diagnóstico hasta la instalación y la apropiación de las mismas, lo que dio la posibilidad de localizar puntos de mejora de acuerdo con la experiencia adquirida en campo. 

Se contactaron directamente a tres organizaciones civiles, una por cada estado, que previamente habían trabajado con las comunidades que recibirían la tecnología: en Yucatán, fundación Bepensa de Coca Cola; en Quintana Roo, Amigos de Sian Ka’an, y en Campeche, Fondo para la Paz. 

Estas organizaciones fueron capacitadas para realizar la transferencia de tecnología a las comunidades, lo que facilitó el proceso de acercamiento con las personas. 

Todo lo anterior fue realizado con base en información sólida para la toma de decisiones y la canalización de inversiones y acciones a favor del desarrollo sustentable de la región.

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