Ante cualquier síntoma de baja audición en forma súbita, zumbido de oído o sensación de oído tapado que presenten niños o adultos, especialistas del IMSS, recomiendan acudir a consulta médica con el especialista para prevenir deficiencias auditivas o sordera.

Para la atención de estos problemas, el Seguro Social cuenta con el servicio de Audiología y Otoneurología, en el que de enero a octubre de 2017 se realizaron más de 60 mil estudios en el país de tamizaje auditivo y audiometría tonal, entre otras valoraciones, para el diagnóstico oportuno y tratamiento.    

  • De acuerdo con algunos estudios realizados en la Ciudad de México y zona metropolitana, 70 por ciento de la población mayor de 60 años tiene algún nivel de pérdida auditiva.
  • La Organización Mundial de la Salud reportó que en 2015 había 700 millones de personas con alguna discapacidad auditiva y estima que para 2025 podría subir a 900 millones de personas.
  • Entre los problemas auditivos más frecuentes, está la fijación de los huesecillos del oído, llamada otosclerosis, y la disminución de la capacidad auditiva en adultos causada por edad, medicamentos, infecciones, malformaciones congénitas y por ruido, denominada cortipatía degenerativa.
  • El problema de los huesecillos es hereditario, afecta una de las cadenas a nivel del oído medio y no permite la transmisión del sonido, mientras que la cortipatía degenerativa es una lesión de las células ciliadas internas u órgano de Corti, relacionada con la edad que ocasiona pérdida progresiva de la audición.
  • Las causas hereditarias y congénitas son las principales detonantes de problemas para oír bien, trastornos que ocurren en el embarazo y se detectan en las primeras horas del nacimiento. Son malformaciones de la parte externa, media e interna del oído en bebés que nacen con bajo peso, con algún problema neurológico o que desarrollan ictericia (la piel se pone amarilla), además de problemas cardiovasculares y metabólicos.
  • Es importante detectar si el niño no reacciona ante un sonido intenso, que tiene retraso en cuanto a balbuceo o a pronunciación, por lo que se debe llevar con el médico para hacer el diagnóstico, rehabilitarlo y evitar una discapacidad auditiva. Si un niño mayor de tres años no escucha, tendrá problemas para desarrollar el lenguaje.

El IMSS recomienda como medidas preventivas, llevar adecuados controles prenatales; vacunarse porque hay incidencia de rubéola congénita que puede causar hipoacusia; hacer pruebas de tamizaje auditivo; tratar oportunamente las infecciosos en el oído (otitis media) y controlar la diabetes e hipertensión para evitar pérdidas auditivas importantes.