Excelentísimo señor Shinzo Abe, Primer Ministro de Japón.

Quiero saludar con respeto a su muy distinguida esposa, la señora Akie Abe.

A los miembros de la Delegación oficial y empresarial que le acompañan.

A los señores Presidentes de las Mesas Directivas, de la Cámara de Diputados, quien por cierto hoy está celebrando su cumpleaños.

Muchas felicidades.

Y del señor Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.

Saludar a los Gobernadores de distintas entidades del país que están entre nosotros en donde se ubican varias de las empresas japonesas que están en México.

Y, de igual manera, a Legisladores Federales quienes participan en las Comisiones de Asuntos Internacionales y que nos acompañan en este acto.

Quiero saludar a nuestros muy distinguidos invitados, quienes forman parte de esta comunidad empresarial, académica, intelectual y de distintos espacios, que contribuyen al fortalecimiento de la relación entre México y Japón.

Sean todos bienvenidos.

A los señores Embajadores acreditados en nuestro país, que gentilmente nos acompañan en este acto.

Señoras y señores.

Señores representantes de los medios de comunicación.

Japoneses y mexicanos conmemoramos cuatro siglos de los primeros acercamientos entre nuestras sociedades.

En este marco, con gran afecto recibimos en Palacio Nacional al Primer Ministro de Japón, a su distinguida esposa y a su destacada comitiva.

Para los mexicanos es un honor contar con su presencia.

Ésta es la primera Visita Oficial de un Jefe de Gobierno japonés a México en la última década.

También celebramos ser el primer país que visita en esta gira que inicia por América Latina.

Es un gusto encontrarme por quinta ocasión con usted, señor Primer Ministro.

Además de ser un buen amigo de México, usted es un líder audaz, decidido a reactivar la economía japonesa, a partir de sus políticas que ha denominado: Las Tres Flechas.

Esta figura recuerda la historia japonesa de Mori Motonari, quien dio una enseñanza de vida a sus hijos.

A cada uno le dio una flecha y pidió que la rompieran, lo cual hicieron con facilidad; después les dio tres flechas juntas, con la misma indicación. Esta vez no lo lograron.

Este relato demuestra el poder de la unión y, en su caso, señor Primer Ministro, juntas, las tres flechas de su agenda de gobierno tienen la fuerza para dinamizar a Japón.

México también se encuentra en un proceso de profunda transformación para liberar el gran potencial de su economía y apuntalar su desarrollo en los próximos años.

Por ello, éste es un momento idóneo para intensificar nuestros intercambios políticos, económicos y de cooperación, a partir de nuestra asociación estratégica global para el Siglo XXI.

En este propósito, durante mi Visita Oficial de Trabajo a Japón, en abril del año pasado, acordamos fortalecer nuestra relación bilateral.

A 15 meses de ese encuentro, su visita a México, señor Primer Ministro, refrenda el compromiso que adquirimos y nos brinda una oportunidad para revisar los avances logrados.

Durante este periodo diversas compañías japonesas decidieron reafirmar su confianza en nuestro país con grandes inversiones generadoras de empleo.

Igualmente, se estima que más de 100 empresas japonesas se instalaron en México en el transcurso de estos últimos meses.

De esta manera, Japón es hoy la primera fuente de inversión extranjera directa a México de la región de Asia.

Lo más alentador de nuestra relación es que aún tenemos múltiples oportunidades que explorar para seguir aprovechando la complementariedad de nuestras economías en el marco del acuerdo de asociación económica que celebramos hace 10 años.

Por ello, celebro que al Primer Ministro lo acompañe una destacada delegación de empresarios japoneses, con motivo de la Reunión del Comité Empresarial México-Japón.

Confío en que este foro del más alto nivel, permitirá incrementar los vínculos empresariales entre ambos países para bien de nuestras sociedades.

Excelentísimo señor Primer Ministro:

A partir del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestros países, en 1959 recibimos la primera visita a México de un Jefe de Gobierno japonés. Se trataba de su abuelo, el Excelentísimo señor Nobusuke Kishi.

En aquella memorable ocasión, el Presidente Adolfo López Mateos aseguró que en México, y cito textualmente: admiramos la firmeza y el ingenio con que el pueblo japonés ha sabido construir su gran Nación, dándole expresiones fecundas en todas las ramas del saber y de la acción humana.

Veintiséis años después, luego del terremoto de 1985, el Canciller de Japón vino a nuestro país para expresar su solidaridad con el pueblo mexicano y contribuir a la reconstrucción de nuestra capital. Ese noble hombre era su padre, el honorable Shintaro Abe.

Hoy, al recibirlo a usted, puedo asegurarle que nuestro respeto y afecto por Japón siguen vigentes, y son aún más profundos.

Ello es fruto del esfuerzo de ambos gobiernos, pero especialmente de nuestros ciudadanos que, desde hace 400 años, han cruzado el Pacífico para aprovechar juntos mayores oportunidades para el desarrollo.

Con visión de futuro, sigamos honrando esta larga tradición entre Japón y México.

Permítanme invitarles a hacer un brindis en honor de nuestros muy distinguidos invitados.

Quisiera hacer un brindis en honor del Excelentísimo señor Primer Ministro de Japón, de su muy distinguida esposa, de toda la Delegación que le acompaña y, de manera muy particular, por esta profunda amistad de confianza y de hermandad que une a nuestras naciones: a Japón y a México.

Muchas felicidades.

Y brindo por ello.