Entre las celebraciones que nos dan identidad a los mexicanos, encontramos una que resulta peculiar para otras culturas, el Día de Muertos. Este festejo lleno de alegría y colorido es quizá uno de los más esperados por todos, tal vez por la ilusión generada al pensar que los seres queridos que se han adelantado al más allá, gozan de un permiso especial para visitar a los que aún tienen vida.

Para regocijar a las ánimas que visitan a sus amigos y familiares en nuestro país se montan ofrendas que tiene la peculiaridad de que cada hogar mexicano le pone su toque y esto da como resultado que ningún altar es igual a otro.

En 2021, el Servicio Postal Mexicano seleccionó la pintura titulada “La Ofrenda” de la artista norteamericana Merle Reivich para ilustrar la estampilla postal que gira en torno a uno de los festejos más alegres y nostálgicos, obra que representa a través de su colorido, la alegría de convivir vivos y muertos cada año.

Merle recuerda que, desde su llegada a México en 1957, quedó maravillada con esta celebración. La pintora ha sido testigo de la alegría que representa el Día de Muertos, la obra que ilustra esta estampilla está inspirada en los preparativos que a partir del 29 de octubre se realizan con la intención de tener todo listo el día 31, fecha en la que son recibidos los niños, para dar paso al 1 de noviembre que es cuando llegan los adultos y despedirlos finalmente el 2 de noviembre. Las decoraciones que ha presenciado son muy variadas, pero siempre ha encontrado presente los retratos de los seres queridos que son desempolvados para formar parte de los atavíos de la ocasión. Ella ha procurado captar la belleza de las ofrendas decoradas con calaveras de dulce, frutas, pan de muerto y el característico papel picado.

La artista plástica, nace en Filadelfia, Estados Unidos de América. Realizó estudios en el Fleisher Art Memorial de 1952 a 1956, en donde comenzó a recibir reconocimientos por su quehacer plástico. Viajó a México en 1956, quedó maravillada de su belleza natural y cultural, regresó un año después, se casó y formó su hogar en San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, pueblo productor de flores en el que vio crecer a su familia compuesta por su esposo y cinco hijos.

El Servicio Postal Mexicano se enorgullece de ser, a través de sus estampillas postales, un embajador de la cultura mexicana y difundir a través de estos pequeños trozos de papel engomados las tradiciones que nos dan identidad y multiculturalidad.