El Día de Muertos es una de las tradiciones más importantes de México. Como cada año esta festividad es adornada con las ofrendas que son parte del atractivo visual que engalana a toda la República Mexicana para darle la bienvenida a nuestros fieles difuntos.

El origen de los Altares de Muertos se remonta a la época prehispánica, pues cuando alguien moría posterior a su entierro se realizaba una fiesta con el objetivo de guiar el alma del difunto hacia el Mictlán, ofrendado alimentos y diversos artículos que el difunto pudiera necesitar en su viaje.

Este hermoso ritual lleno de color contiene diferentes elementos representativos, como son: el pan de muerto, la flor de cempasúchil, agua, sal, papel picado, inciensos, retratos, entre otros. Estos componentes simbólicos los podemos encontrar en distintas estampillas postales que fueron emitidas en los años 2011, 2012, 2013, 2018 y 2019, bajo el nombre de “Tradiciones Mexicanas Día de Muertos”.

En la estampilla del año 2018, podemos apreciar velas, cuya flama simboliza luz, fe y esperanza que sirve de guía para que las almas lleguen a sus antiguos hogares. En los altares cada vela o veladora representa a un difunto, otra manera de guiar el camino de los muertos a su hogar es colocando cuatro velas en representación de los cuatro puntos cardinales.

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A su vez, en el timbre emitido en el año 2012 podemos observar la calaverita de azúcar, que tiene su origen en el “Tzompantli” un altar utilizado por las culturas mesoamericanas. Sus tamaños tienen un significado diferente, por ejemplo, una calavera pequeña es dedicada a la santísima trinidad; la de tamaño mediano simboliza a la muerte que siempre está presente y la de mayor tamaño simboliza al padre eterno.

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Dentro de estas emisiones postales también encontramos a la flor de cempasúchil, un símbolo de esta gran festividad que destaca por su color y aroma, sus pétalos son utilizados para crear un camino que guía al difunto desde el campo santo a la ofrenda, donde es aguardado por sus familiares para una convivencia aun después de la muerte.

Otro de los elementos representativos que podemos encontrar en la estampilla emitida en 2011 es el pan de muerto, este icónico pan tiene diversos significados, que van desde: los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos e incluso a las divinidades prehispánicas (Quetzalcóatl-Camaxtli, Xipetotec, Tláloc-Huitzilopochtli y Tezcatlipoca). Se dice también que la parte superior representa un cráneo, las canillas, los huesos y la cumbre el corazón de los muertos.

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Por su parte en el sello emitido en 2019 podemos observar el papel picado, el cual además de brindar color a la ofrenda, simboliza el viento, la muerte y respeto por los difuntos. Esta pieza se deriva de la época prehispánica, el “amatl” que se obtenía de la corteza de los árboles de higos y moras, los dibujos representaban a los dioses de la tierra, lluvia, agua, agricultura y el Mictlán.

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Además de estos elementos representativos no podemos olvidar a La Catrina, creada por el ilustrador mexicano José Guadalupe Posada, la cual está presente en emisión postal del año 2013 dentro de su obra “Calavera Zumbona”, en esta estampilla podemos observar una fiesta de Día de Muertos en el panteón; entre las tumbas aparecen un par de catrinas (una dama y un caballero), así como, otras campesinas que interactúan con elementos de tan magnífica festividad, como el cempasúchil y la bruma del incienso.

El Día de Muertos es una de las grandes tradiciones mexicanas que combinada con el Servicio Postal Mexicano hace que nuestra tradición emblemática recorra el país, engalanando las cartas y paquetes con la misma muerte.