30.º ANIVERSARIO DE RELACIONES DIPLOMÁTICAS ENTRE MÉXICO Y LA SANTA SEDE

En 1519, con el arribo de los conquistadores españoles y de la Iglesia católica al Nuevo Mundo, inició un sincretismo y una fusión de distintas culturas que desembocaron, después de medio milenio, en el México de hoy. Esa relación se marcó por un sinnúmero de luces y sombras. Por un lado, destacaron la construcción de comunidades de naturales con perfil de utopía, propiedad y trabajo común impulsadas por Vasco Vázquez de Quiroga y la defensa férrea e infatigable de las poblaciones originales realizada por figuras como fray Bartolomé de las Casas, fray Bernardino de Sahagún y Toribio de Benavente “Motolinía”. Por el otro, marcaron la historia nacional las expulsiones o renuncias de nuncios y delegados apostólicos, las dos guerras civiles con perfil religioso y los abusos cometidos contra las poblaciones indígenas.

Sin embargo, y a partir de la llegada de los primeros misioneros franciscanos a las tierras que se convertirían en la Nueva España, la Iglesia siempre ha estado presente en el devenir de la incipiente nación mexicana, desde los 155 sacerdotes que se unieron a las aspiraciones independentistas de Miguel Hidalgo hasta los curas que repicaron las campanas de las parroquias del país cuando Benito Juárez restauró la república, derribado el segundo Imperio mexicano. Si bien el modus vivendi que empezó en el porfiriato sosegó rivalidades, nunca mermó el fervor católico mexicano, cobijado siempre por la virgen de Guadalupe.

En la década de 1990 los tristes episodios del pasado aparentarían estar quedando en el retrovisor, pero las heridas permanecían vivas. Sin embargo, en 1979 el cantar de “Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano” que retumbó en todo México durante su primera visita apostólica a tierras guadalupanas abrió la puerta a un acercamiento continuo, formal y profundo. Así –tras modificarse varios artículos de la Constitución mexicana y expedirse la Ley de asociaciones religiosas y culto público– el 21 de septiembre de 1992 México y la Santa Sede reanudarían formalmente relaciones diplomáticas. Desde 1979 México se ha inundado de júbilo con un total de siete visitas pontificias, completando cinco de san Juan Pablo II, a la par de las posteriores de los papas Benedicto XVI y Francisco.

México, a su vez, está presente en el corazón de la Santa Sede con grandes letras. Los tradicionales eventos conocidos como Manos del Mundo y Navidad Mexicana en el Vaticano engalanan con belleza, cultura y gastronomía de México los pasillos de la Sede Apostólica y de la emblemática vía de la Conciliación.

Hoy México integra su voz a la del Vaticano en un unísono canto por la paz con justicia; de oposición al armamentismo y a las guerras como negocio; de defensa de los derechos de libertad y democracia de personas y pueblos; de promoción del trabajo digno; de abolición de la pena de muerte y de la esclavitud moderna.

Hace 30 años no hubo reconciliación, al no haber inquina, fue simplemente un reencuentro de voluntades frente al anhelo común de un mundo de paz cimentado en la justicia. Dos afluentes integran un río.

Alberto Barranco Chavarría

Embajador de México ante la Santa Sede

 

Características Técnicas

Diseño:                       Patrizio Daniele

Refinamiento:            Ricardo Venegas Gómez

Técnica:                      Ilustración y composición digital

Tintas utilizadas:       Cyan, magenta, amarillo, negro y tinta de seguridad

Tipo de impresión:    Offset

Tamaño:                     24 x 40 mm

Perforación:               13 de peine

Planilla con:               50 estampillas

Papel:                         Couché blanco brillante engomado de 110 g/m2

Impresa por:              Talleres de Impresión de Estampillas y Valores (TIEV)

Tiro:                            100,000 estampillas

Año:                           2022

Valor facial:                $13.50 c/u