La finalidad que en última instancia persigue la política de población es lograr que las personas se beneficien y contribuyan al desarrollo, por lo que, este diagnóstico identifica los grandes retos que se consideran de atención prioritaria para la acción gubernamental en el corto y mediano plazo.
Los cambios en el volumen, la estructura y la composición, así como la distribución territorial de la población, son factores trascendentales para el desarrollo nacional, y no deben ser atendidos sin considerar que tienen estrechas relaciones, o son expresiones de los grandes procesos estructurales, como son: la desigualdad social y espacial, la exclusión social y la marginación, el desempeño económico a nivel macro y micro, el ejercicio de los derechos humanos o la crisis ambiental. Por lo que este texto delinea acciones generales que deben ser consideradas en los distintos instrumentos de planeación.