En 1987, derivado del V Encuentro Internacional de Mujer y Salud celebrado en San José, Costa Rica, un grupo de mujeres activistas propuso la institucionalización del 28 de mayo como “Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres”, para reflexionar sobre las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan la salud y vida de las niñas y las mujeres en el mundo entero.

A partir de entonces, numerosas organizaciones de mujeres de Latinoamérica y el Caribe, han realizado diversas actividades para evidenciar los problemas de salud sexual y reproductiva, así como las dificultades de acceso a la información, atención y servicios de calidad en salud para este sector de la población.

Las acciones para el cuidado de la salud de las mujeres incluyen el uso adecuado de métodos anticonceptivos, la prevención de la mortalidad materna, la detección y tratamiento oportuno de cáncer de mama y cérvico-uterino, la prevención y atención de embarazos de las adolescentes, así como, los daños provocados a su salud vinculados a la violencia doméstica y de género.

En el caso de la salud reproductiva, en México el artículo 4° constitucional, establece que las mujeres y los hombres tienen el derecho a decidir libre y responsablemente el mejor momento para procrear el número y espaciamiento entre los nacimientos de sus hijas e hijos.

De acuerdo a las Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas 2016-2050[1], en 2020 residen 127.8 millones de personas, de las cuales 65.2 millones son mujeres, representando 51.0 por ciento del total de la población. Del total de mujeres, 52.9 por ciento son mujeres de 15 a 49 años, en este intervalo de edad, la mujer suele vivir su etapa reproductiva y se conoce como el grupo de mujeres en edad fértil (MEF).

En 2018 el porcentaje de mujeres en edad fértil sexualmente activas (MEFSA), se estimó en 59.6 por ciento. Este mismo año, el porcentaje de MEFSA usuarias de métodos anticonceptivos fue de 75.5 por ciento, mientras que, entre las MEFSA que tenían al menos una hija o hijo nacido vivo fue de 88.9 por ciento.

De acuerdo a grupo de edad de las MEFSA que tenían al menos una hija o hijo, se observó que la prevalencia anticonceptiva, aumentaba conforme avanzaba la edad, ubicándose nuevamente a las adolescentes con el más bajo porcentaje (54.3%), seguidas de las jóvenes de 20 a 24 (69.2%) pero además a partir del grupo de mujeres de 25 a 29 años, el porcentaje de mujeres que usaban métodos anticonceptivos aumentó considerablemente a 82.9 por ciento, entre las de 30 a 34 años a 91.3 por ciento, de 35 a 39 años de 95.8 por ciento, y de 40 a 44 años de 98.0 por ciento y en las de 45 a 49 años en 98.5 por ciento.

Otro aspecto fundamental para el cuidado de la salud de las mujeres es la salud materno-infantil, uno de los componentes de la salud sexual y reproductiva que se centra en la salud de la mujer y del niño durante el embarazo, parto y puerperio para garantizar el derecho a tener un embarazo en condiciones seguras y protegidas. La forma cómo se desarrolla, así como los cuidados que se tengan previos y posteriores a éste, influyen en gran medida en la salud de la madre, que a su vez impacta en la salud de la persona recién nacida[2].

Con base en la ENADID 2018 se obtuvo que, a nivel nacional, el porcentaje de mujeres en edad fértil que acudieron a atención prenatal en el primer trimestre de embarazo fue de 89.4 por ciento. En este año, se estimó que 95.9 por ciento de las mujeres que tuvieron a su última hija o hijo nacido vivo fueron atendidas por médicas y médicos durante el parto, 1.5 por ciento por personal de enfermería, personas auxiliares o promotoras de la salud y 2.2 por ciento por parteras. Asimismo, en 2018, se estimó que 53.9 por ciento de las mujeres tuvieron parto vía vaginal y a 46.1 por ciento les realizaron cesárea.

Respecto al estado de salud de las mujeres mexicanas, datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (ENSANUT) mencionan que el porcentaje de población femenina de 20 a 49 años de edad con diagnóstico médico previo de diabetes mellitus es de 4.5 por ciento, asimismo, el porcentaje de aquellas mujeres a las que se les detectó hipertensión arterial asciende a 10.0 por ciento y, considerando un factor de riesgo para otras enfermedades, el porcentaje de aquellas mujeres en esas edades que fuman es de 10.4 por ciento.

De igual manera, el porcentaje de mujeres de 20 años y más que presentan sobrepeso asciende a 36.6 por ciento mientras que aquellas con obesidad representan el 40.2 por ciento cifras que son de utilidad para determinar el riesgo de salud de la población femenina en México.

Finalmente, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, menciona que a nivel nacional, del total de mujeres, 84.7 por ciento se encuentra afiliada a algún servicio de salud. Del total de mujeres afiliadas a servicios de salud, 48.4 por ciento de encuentra afiliada al Seguro Popular o Seguro Médico Siglo XXI, 42.5 por ciento al Seguro Social (IMSS), 9.3 al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), 4.1 al IMSS-PROSPERA/Oportunidades y 4.4 por ciento a otras instituciones[3].

Sin embargo, existen diferencias en la preferencia de las mujeres respecto a la institución donde se atienden, del total de mujeres en el país, 32.9 por ciento se atiende en un Centro de Salud u hospital de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA); 27 por ciento en el Seguro Social (IMSS, IMSS-PROSPERA/Oportunidades); 18 por ciento en un consultorio, clínica u hospital privado; 14 por ciento en el consultorio de una farmacia y 5.4 por ciento de las mujeres manifestó atenderse en el ISSSTE, el resto de las mujeres se atienden en otra institución o tienen otra situación[4].

 

[2] CONAPO. Situación de la Salud Sexual y Reproductiva. República Mexicana.

Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/237216/Cuadernillo_SSR_RM.pdf

[3] Incluye PEMEX, Defensa o Marina; seguro privado y, otra institución.

[4] Incluye a quienes no se atienden y se automedican.