El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático advierte que hay evidencia de que “algunos fenómenos climáticos extremos han cambiado como resultado de la influencia antrópica, entre otros, el aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”.

En ese sentido, el cambio climático tiene influencia en la alteración de las variables climáticas como la temperatura, los regímenes pluviales, el aumento del nivel y la temperatura del agua de los océanos y su acidificación. Así mismo, contribuye a exacerbar los fenómenos climáticos extremos como el incremento en la frecuencia e intensidad de las tormentas y huracanes.

La agenda internacional de desarrollo ha posicionado el cambio climático como parte de sus prioridades. Concretamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) plantean dentro del objetivo 13 (de entre 17 objetivos) la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.

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El Gobierno de México ha considerado al cambio climático como un problema de seguridad nacional, por lo que se han realizado muchos esfuerzos de mitigación y adaptación ante los cambios observados y potenciales que enfrenta nuestro país. Al respecto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través de su Estrategia de Cambio Climático desde las Áreas Naturales Protegidas (ANP), ha impulsado y fortalecido el reconocimiento de las ANP, no sólo como instrumentos para la conservación de ecosistemas y especies prioritarias, sino también como sitios que contribuyen a la adaptación y mitigación ante el cambio climático y que proveen valiosos beneficios a la sociedad, entre los que se pueden mencionar la regulación de la temperatura y humedad, conservación del suelo, producción de agua, captura y almacén de carbono, fuente de medios de vida, entre otros.

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"Desde mediados de la década pasada, las y los directores de Áreas Naturales Protegidas, así como los guardaparques, comenzaron a darse cuenta de que existía otro problema que no estaba siendo atendido porque anteriormente no era tan evidente: el Cambio Climático”.

- Fernando Camacho, Director General de Desarrollo Institucional y Promoción de la Conanp.

Uno de los proyectos que atendió el tema de cambio climático fue el Proyecto: “Fortalecimiento de la efectividad del manejo y la resiliencia de las Áreas Protegidas para proteger la biodiversidad amenazada por el Cambio Climático”, conocido como “Resiliencia”, el cual fue ejecutado por la CONANP en 17 ANP de todo el país, implementado con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México y cofinanciado por un donativo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).

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“Resiliencia busca resaltar el valor de las Áreas Naturales Protegidas, tanto en las personas, comunidades, procesos productivos y en la biodiversidad para poder enfrentar los impactos del cambio climático”

- Pilar Jacobo, Directora de Estrategias para el Cambio Climático de la Conanp.

El proyecto Resiliencia cambió paradigmas en la gestión inter e intrainstitucional, pero sobre todo internalizó e hizo partícipe del tema de cambio climático a las comunidades y sectores productivos asociados a las ANP.

“Resiliencia es un proyecto innovador porque es el primero que busca hacer vínculo entre dos Convenciones Marco de Naciones Unidas, la Convención de Biodiversidad y la Convención de Cambio Climático plasmando y trabajando directamente en territorios específicos, sobre todo bajo la vertiente de adaptación al cambio climático”.

- Edgar González, Director del Área de Ambiente, Energía y Resiliencia del PNUD.

Las tres componentes en las que incidió el proyecto respondieron a las necesidades de resiliencia de la biodiversidad a nivel local, regional y nacional, siempre con miras al fortalecimiento en tres ejes interrelacionados: institucional, socioeconómico y ecosistémico.

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“Para poder trabajar de forma colectiva y a multiescala fue necesario tener una integralidad y una visión hacia un mismo lugar. En ese sentido todas las actividades que se hicieron a escala local y regional tuvieron aprendizajes a escala nacional”.

- Sofía García, Coordinadora del Proyecto Resiliencia

Del componente 1 relacionado con el marco institucional, destacan tres temas:

Programas de Adaptación al Cambio Climático (PACC)

Se elaboraron 8 PACC, los cuales fortalecerán las acciones de conservación en las ANP, a partir de acciones de adaptación que permitan incrementar la resiliencia de los ecosistemas y especies ante el cambio climático. Además, garantizarán la permanencia de los medios de vida que sustentan el desarrollo humano en los territorios de influencia, con el fin de reducir la vulnerabilidad de las poblaciones humanas al cambio climático.

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La participación de comunidades y actores estratégicos, en la construcción y toma de acuerdos respecto a las medidas de adaptación que se puedan implementar, apoyan la gobernanza en las Áreas Naturales Protegidas.

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Gobernanza Climática

Se impulsó a los Conejos Asesores de las ANP en el fortalecimiento de capacidades con perspectiva de género e interculturalidad. Además, se promovió la generación de espacios de participación que permitieran la coordinación de los tres niveles de gobierno, de los y las representantes de los diferentes sectores que son propietarios y/o usuarios de los ecosistemas locales, el involucramiento de la sociedad civil organizada, así como las instancias académicas y de investigación. Lo anterior para planear y desarrollar proyectos estratégicos para alcanzar la resiliencia en las ANP.

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Un Consejo Asesor fortalecido marca la diferencia en la gestión del ANP. Pero es fundamental favorecer su institucionalización a través de procesos de capacitación, de garantizar la representatividad de los sectores clave y la participación de las comunidades involucradas.

Plataformas de información para la toma de decisiones

Con la colaboración de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), se desarrollaron tres plataformas: El “Explorador de Cambio Climático y Biodiversidad” (ECCBIO), que es una herramienta de consulta en línea sobre las tendencias del cambio climático global en México y sus posibles efectos en diversos elementos de la diversidad biológica; el GeoPortal o “Plataforma del Sistema de Monitoreo de Biodiversidad y Degradación (SMBD)” de ecosistemas terrestres en México, el cual ofrece cartografía e información actualizada sobre ecosistemas, tipos de vegetación y uso de suelo, integridad ecosistémica, pérdida de cobertura de vegetación y también calidad de hábitat de especies; y el “Sistema de Información y Análisis de los Ecosistemas Marinos de México” (SIMAR), que permite el monitoreo de la salud de los ecosistemas marinos a lo largo de la costa de ambos litorales mediante una red de observación remota de la biodiversidad marina.

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Impulsar la coordinación con otras iniciativas sectoriales e intersectorialmente potencializa el uso de las plataformas y la toma de decisiones con base en datos fundamentados en la ciencia.

El componente 2 se vincula con la conectividad funcional, destacando lo siguiente:

Ampliación de las zonas bajo esquemas de conservación con criterios de conectividad

Se impulsó la certificación de Áreas Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC), en cuyos espacios los propietarios de manera voluntaria asumen la responsabilidad de cuidar y mantener los recursos naturales, las cuales se les reconoce como ANP de competencia federal, pero son administradas directamente por sus propietarios. Este esquema de conservación favorece la conectividad de los ecosistemas naturales y el mantenimiento de los servicios ambientales que permiten a las comunidades aumentar su capacidad adaptativa para enfrentar el cambio climático.

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El involucramiento de personas potencialmente interesadas a través de acciones de sensibilización y estrategias de negociación con propietarias y propietarios, constituyen medidas habilitadoras que permiten la consolidación y permanencia de estas acciones de conservación.

Gestión integral del territorio con enfoque de paisaje

El proyecto Resiliencia se ejecutó bajo un enfoque de “complejo de Áreas Naturales Protegidas”, cuya aproximación permitió incrementar la conectividad entre ANP y sus áreas de influencia bajo una visión integral del paisaje mediante corredores ecológicos (o biológicos). Esta conectividad permite aumentar la resiliencia de los ecosistemas ya que se procura mantener los procesos ecológicos y flujos genéticos entre sí, factores que son clave bajo un contexto de cambio climático ya que permitirán incrementar la capacidad adaptativa de los ecosistemas y comunidades humanas.

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En la gestión integrada del paisaje se reconoce la diversidad de enfoques, con diferentes motivaciones, procesos y arreglos institucionales, pero todos requieren de la participación de los actores relevantes, de negociación alrededor de objetivos y estrategias, así como de capacidad adaptativa basada en el aprendizaje colectivo.

Con relación al componente 3, el cual hace referencia a la gestión efectiva de la ANP destacamos:

Medidas de adaptación con socios locales

  • La ejecución del proyecto con socios y actores locales, así como con comunidades a nivel territorial permitió encontrar oportunidades para sostenibilidad y replicabilidad de las acciones, fortalecer el desarrollo de las capacidades locales e innovar en las acciones de manejo y conservación tradicional, donde se tomaron en cuenta las proyecciones climáticas en cada ecosistema.

  • En cada territorio donde se implementaron medidas de adaptación fue fundamental contar con alianzas y buena relación entre los actores locales, donde la continuidad y permanencia de las acciones dependen de los compromisos establecidos con otras instituciones, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y ante todo la confianza generada en las comunidades, quienes son los que toman la decisión de manejo de los territorios en función de sus necesidades y posibilidades.

  • En cada una de las ANP donde se implementaron las medidas de adaptación se fortaleció el conocimiento y capacidades de los actores locales, particularmente de los representantes comunitarios mediante un proceso de aprendizaje activo. Esto permitió aumentar el potencial y aptitud de las personas para realizar acciones novedosas y bajo una visión integral donde se espera su sostenibilidad a largo plazo.

  • En el Proyecto Resiliencia se fomentó la participación equitativa de género, tanto en la toma de decisiones como en la participación y el fortalecimiento de las capacidades e intercambios de experiencias, lo cual contribuyó a disminuir brechas sobre todo en los grupos más vulnerables como son las mujeres rurales.

La participación de hombres y mujeres en el diseño, planeación e implementación que involucra la toma de decisiones en las actividades, permite que sus intereses, necesidades y sugerencias sean integradas, resultando en una mayor apropiación del proceso y percepción los diversos beneficios que pueden obtener de mantener estas acciones en el tiempo.

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La ejecución del proyecto ha sido un camino complejo con grandes enseñanzas, que sin duda dejan las bases para futuras intervenciones con un alcance e impactos mayores. En ese sentido, compartimos algunos de los aprendizajes adquiridos con el fin de promover su replicabilidad y dar continuidad a los resultados obtenidos en la atención al cambio climático desde los ecosistemas bajo esquemas de conservación.

  • Es de suma relevancia que los espacios de participación apunten hacia la incidencia dirigida a sectores estratégicos y dada la naturaleza de estos sectores y sus intereses diferenciados, las estrategias de participación deberían ser particulares a cada caso.

  • Impulsar la consideración y transversalización de la perspectiva de género e intercultural.

  • Es necesario escalar la participación de los consejos asesores de apoyo y asesoría para las ANP hacia un mecanismo gobernanza más activo y empoderado.

  • Aumentar los niveles de cooperación y coordinación entre las instituciones para permitir la aplicación de los enfoques multisectoriales y de paisaje amplio en aras de respaldar la resiliencia y la adaptación de las ANP.

  • Establecer una buena comunicación entre los actores involucrados (sociedad civil organizada, población local, organizaciones gubernamentales, fundaciones y academia) a la hora de la ejecución de los proyectos.

  • Acompañar los procesos de empoderamiento de mujeres con talleres de sensibilización sobre sexismo y discriminación de género, además de la generación de materiales de conocimiento dirigidos a las mujeres.

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