Emilia Aurelio vive en la comunidad Arroyo de Barranca Honda, en el municipio de Ometepec, Guerrero, y desde su casa se dedica a bordar ropa con hilo y chaquiras, a la manera tradicional del pueblo amuzgo o nundá, al que ella y sus hijos pertenecen.

“Estoy recibiendo el apoyo de niñas y niños hijos de madres trabajadoras, cada dos meses estoy recibiendo mil 600 por cada niño”, dice Emilia.

Habla poco español, pero lo entiende como casi toda la gente de su comunidad, donde es muy conocida por sus hijos gemelos, Carlos Manuel y Juan Manuel, de cinco años de edad.

“No puedo cargar a uno sin que el otro llore”, cuenta como quejándose, pero mirando con orgullo a sus hijos. Por ellos, agradece el apoyo que le sirve, dice, para comprar las cosas de los niños. “Compro su ropa y también su alimento, compro su fruta, frijoles y también jabón”.

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