El nombre de xoconostle proviene del náhuatl “xococ” que significa agrio y “nochtl” tuna. Este fruto nace de la variedad de nopal conocido como Opuntia Joconostle; tiene un gran parecido a la tuna pero de sabor agrio, y en su pulpa podemos encontrar importantes cantidades nutricionales para nuestro organismo.

En algunas investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se evaluó y encontró, que el contenido de compuestos nutricionales y farmacéuticos del xoconostle, en su consumo fresco, junto con la cáscara, aporta una gran cantidad de antioxidantes.

Desde varios puntos de vista el xoconostle es distinguido por ser un importante factor de sustento económico del campesino mexicano, quien lo utiliza en su alimentación y como medicina alternativa. Y en su importancia ecológica, por su resistencia a la sequía debido a su enorme adaptación a los cambios climáticos y su contribución a la formación del suelo.

Por otro lado, la historia gastronómica del xoconostle se incrementa cada vez más pues además de consumirse como fruto fresco, por su versatilidad también se utiliza para la preparación de salsas, botanas, dulces, postres y licores.

En México, los principales estados productores de xoconostle son: Estado de México, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla y Querétaro y en menor proporción Aguascalientes, Zacatecas y Guanajuato. Estados Unidos es el principal mercado para este producto.

Sabías que…

El consumo de la cáscara de xoconostle, aporta un tercio de requerimientos mínimos diarios de vitamina C para un adulto.