La manzana puede consumirse fresca y cocida en numerosos postres: manzana asada con canela y azúcar, pastel de manzana, pie de manzana, entre otros. En la industria se transforma en fruta seca, enlatada y cortada en rodajas; en jugo y néctar de manzana, en la bebida alcohólica llamada sidra y en vinagre de manzana, que se utiliza en la cocina.
El color de la piel va desde el verde claro hasta el rojo muy oscuro, casi negruzco. En cuanto a tamaño, puede ser apenas un poco mayores a una cereza y casi tan grandes como una toronja o un melón mediano. La manzana es el fruto ideal para tomar a cualquier hora y participa positivamente en el equilibrio alimentario, pues provee al ser humano de gran cantidad de vitaminas y por su contenido en fibra actúa como regulador de numerosas molestias intestinales.
Cada Navidad, para brindar en las cenas y comidas navideñas nos encontramos con la sidra, esa deliciosa bebida, que además de su sabor es una bebida digestiva, ideal para después de las comidas y cenas copiosas tan comunes en esta época del año. La sidra es una bebida alcohólica, generalmente de baja graduación, la cual se obtiene de la fermentación del jugo de manzana.
Por supuesto, no podía faltar un platillo básico de las mesas mexicanas para celebrar la Navidad: la ensalada de manzana, que junto con la crema agría, nueces picadas, uvas y piña picada, son la guarnición ideal para acompañar carnes al horno como puerco, pavo o pollo que no lleven salsas.
En 2014, del campo mexicano se cosecharon más de 858 mil toneladas de manzana, principalmente de la tierra de Chihuahua, estado que aporta el 80 por ciento de la producción.