Los rábanos son bulbos rojos y carnosos, de piel roja o rosada, básicos en las fiestas patrias pero, por su fuerte y picante sabor, no aptos para todos los gustos; usualmente se consumen como acompañante del tradicional pozole, o rebanados y con limón, sal y chile piquín.

Esta hortaliza pertenece a la familia de las crucíferas, y puede cosecharse en aproximadamente un mes y medio después de su siembra. Aunque en el caso de los rábanos medianos, tardarán un promedio de 10 días más que los anteriores. Y los grandes se recogen a los 70 días.

Entre las bondades de este cultivo destaca que sus semillas pueden germinar en suelos o macetas, con una profundidad mínima de 10 centímetros; aunque cuando se cultivan se recomienda hacerlo en pequeños surcos con una profundidad de 1 a 1.5 centímetros, dejando de 8 a 12 centímetros entre ellos.

Usualmente se adapta a cualquier tipo de suelo, sin embargo, prefiere los profundos, arcillosos y neutros. El pH debe oscilar entre 5.5 y 6.8, dado que no tolera la salinidad. Además, prefiere los climas templados, teniendo en cuenta que hay que proteger al cultivo durante las épocas de elevadas temperaturas.

A nivel nacional, en 2021 se tuvo una producción de más de 69 mil toneladas, y se cosecharon dos mil 754 hectáreas. Su cultivo se da en 21 entidades del país, siendo Puebla, Baja California y Jalisco, líderes en su producción.

¿Sabes cómo escoger un rábano?

  1. Elige aquellos firmes y brillantes, ni demasiado duros ni esponjosos, pues es señal de que no están frescos.

  2. Para guardarlos, quítales las hojas, lávalos con agua, jabón y fibra, enjuaga muy bien y ponlos en el cajón del refrigerador; durarán, en promedio, una semana.

Entre las propiedades del consumo de rábano está su alto valor nutrimental, ya que dota de vitamina C (que actúa como antioxidante), potasio (vital para la actividad muscular y nerviosa) y yodo (indispensable para el funcionamiento de la tiroides).

Sumado a ello, tiene un bajo aporte calórico, debido a su alto nivel de agua, por lo que consumirlo en ensaladas o como refrigerio es una opción económica, barata y sencilla cuando se busca cuidar el peso.