Desde el punto de vista de la botánica, la existencia de más de veinte especies diferentes de la familia del cacao identificadas en estado natural en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco en América del Sur, así como en ciertas regiones de Costa Rica, permiten suponer que fue en esta zona donde la planta inició su desarrollo hace unos cuatro mil o cinco mil años.

Como parte de un proceso natural, la planta se expandió hacia el norte llegando hasta Mesoamérica. Para algunos autores, los olmecas fueron los primeros en cultivarla y descubrir su sabor en forma de bebida mezclada con agua.

Con el paso del tiempo su consumo se extendió a otras de las grandes civilizaciones de Mesoamérica, como fueron los mayas o los mexicas, quienes lo utilizaban como moneda de cambio.

Además, con la difusión del cacao a otras regiones se diversificaron también las costumbres de su consumo. Al contrario de los mayas, que tomaban el chocolate frío, el xocoatl de los mexicas se consumía caliente o tibio. Para beber el cacao, los aztecas primero tostaban los granos y los trituraban hasta reducirlos a polvo; en ocasiones los molían con otras semillas.

Hoy en día, el cacao forma parte de la cultura e identidad mexicana, resultado del mestizaje. Como muestra está la gastronomía con cacao, la cual conjuga la tradición de México y España, el mejor ejemplo es el mole.

En 2021, las y los agricultores mexicanos produjeron un total de 28,106 toneladas. Por lo que a nivel mundial la producción nacional de cacao se coloca en el lugar 14.

#ElCampoNoSeDetiene y el apoyo al cultivo del cacao tampoco

A través de la Estrategia de Asistencia Técnica del Programa Producción para el Bienestar se impulsa el cultivo de cacao con prácticas dirigidas a la transición agroecológica enfocadas en:

  • Nutrición del suelo.

  • Fertilización del cultivo.

  • Manejo y control de plagas y enfermedades con bioinsumos.