En este blog, nos sumergimos en la Comarca Lagunera, donde las abejas Apis mellifera despliegan su laboriosa magia para brindarnos el néctar dorado que endulza nuestras vidas.

El baile de las abejas y las flores

En esta región, dos protagonistas principales roban el escenario: el mezquite y el pinabete. Durante los meses de marzo y abril, las abejas se entregan al néctar del mezquite y entre junio y finales de agosto es el turno del pinabete. La miel resultante del mezquite es especialmente apreciada, exhibiendo un color claro pálido a blanco, textura cremosa con cristales finos y un delicioso sabor a madera.

El Dr. Francisco Javier Pastor López, un experto en el campo, nos ilustra sobre el proceso: las abejas Apis mellifera recolectan néctar de las plantas, lo transforman con sustancias específicas y lo depositan en los panales para madurar. 

Según la Norma Oficial Mexicana, sólo la sustancia dulce producida por las abejas merece llamarse "miel", por lo que la miel de agave no califica.

Distinguiendo la pureza: Cristalización como sello de autenticidad

Las y los consumidores conscientes tenemos la siguiente opción: elegir miel cristalizada. La cristalización, un proceso natural, es un signo inequívoco de pureza. Mientras que la miel pura experimenta este cambio a un estado sólido o semisólido granulado con el tiempo, los productos adulterados tienden a permanecer líquidos. 

La cristalización, por lo tanto, se convierte en un marcador de autenticidad.

El intrincado proceso de producción

Imagina el zumbido constante de abejas trabajadoras, la danza coordinada de estas incansables obreras para llevar a cabo la producción de miel.

Estos son los pasos cruciales: 

1. Retirar las alzas de miel: Verificar que la miel está madura, con un 90% del panal operculado.

2. Trasladar las alzas a la sala de extracción: Evitar contaminantes y asegurar un transporte limpio.

3. Desoperculado: Remover la cera que cubre la miel en la sala de extracción.

4. Extracción de la miel del bastidor: Utilizando equipos especiales como centrifugadoras.

5. Filtrado de la miel: Garantizar la pureza eliminando residuos con un colador de acero inoxidable.

6. Sedimentación: Almacenar la miel en tanques específicos para separar partículas e impurezas.

7. Envasado: Utilizar recipientes nuevos y de grado alimenticio.

8. Almacenaje: Mantener la miel en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa del sol.

Desde la extracción hasta el envasado, la limpieza, la ropa adecuada y las medidas sanitarias son esenciales. La calidad de la miel está intrínsecamente ligada a la atención meticulosa y al equipo adecuado.

Conclusiones dulces y sostenibles

La producción de miel es un arte ancestral, una colaboración mágica entre las abejas y la naturaleza. Al elegir conscientemente miel cristalizada y apoyar a las y los apicultores comprometidos con la calidad y la sostenibilidad, contribuimos a preservar este delicado equilibrio.

Para aquellos que deseen profundizar en este fascinante tema, la Biblioteca Digital del INIFAP ofrece un recurso invaluable. 

Así que, ¿por qué no sumergirse aún más en este delicioso mundo de la miel y las abejas? 

¡Suena como una dulce aventura!

Si quieres conocer más del tema, te invitamos a ver el siguiente video:

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