“La noticia fue primera plana en todo el mundo. Y la reacción unánime (…) ya era tiempo”, con esas palabras el diario La Jornada reconoció al poeta Octavio Paz, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre de 1990. Paz nació en la Ciudad de México el 31 de octubre de 1914. Inició sus estudios en leyes, los cuales dejó para irse a radicar a Yucatán en 1937, donde trabajó como maestro rural. Ese mismo año contrajo nupcias con la poeta Elena Garro, con quien partió a Valencia, España, al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas.

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Antes de ser el afamado escritor, Paz trabajó en el Archivo General de la Nación (AGN). En un oficio de la Secretaría de Gobernación (Segob) se lee: “Sr. Octavio Paz.- Mecanógrafo de la Dirección General de Población.- Sueldo Mensual $102.00.-Labores que desempeña: Lectura de documentos históricos para su publicación; selección y copia de documentos históricos y catalogación”. Lo anterior proviene de la sexta foja de una “lista del personal del AGN, con expresión de su categoría, sueldo y labores que desempeña cada uno, localizada en un expediente de 33 fojas, fechado el 28 de diciembre de 1936 y ubicado en la caja 140 del Fondo AGN”./cms/uploads/image/file/234382/01.jpg

En el año de 1945 Octavio Paz inició su carrera en el servicio diplomático que finalizó en 1968 cuando abandonó su cargo de embajador de México en la India, en protesta por la matanza de Tlatelolco. A partir de ese momento dedicó su vida a las letras, la cual inició en 1931 cuando publicó su poema, “Cabellera”. Octavio Paz colaboró en diversas publicaciones, entre ellas Taller poético, TallerEl hijo pródigoPlural Vuelta. Su producción literaria es amplía, algunas de sus obras son: Luna silvestre (1933), ¡No pasarán! (1936), Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España(1937), Raíz del hombre (1937), A la orilla del mundo (1942), Libertad bajo palabra (1949), El laberinto de la soledad (1950), Las peras del olmo (1957), Postdata (1970), Los hijos del limo (1974).

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La obra poética y ensayística de Paz fue reconocida a nivel internacional con diversos galardones como el Premio Miguel de Cervantes (Madrid, 1981) y el Gran Premio Internacional de Poesía (Bruselas, 1963). Y el máximo reconocimiento literario: el Nobel de Literatura (1990). El día en que Octavio Paz recibió el Nobel, La Jornada refirió “…esta vez la pólvora explotó en México-Nueva York (…) en México, porque el poeta nació en Mixcoac. Es mestizo, es mexicano. ¿Por qué no iba a festejarse como día de fiesta nacional? ¿Qué motivos hay para no sentirse orgulloso y dejarse llevar por la felicidad que no tiene ideología?”; además publicó una entrevista, en la que el poeta señaló, entre otras cosas, que la Revolución mexicana no fue sólo social o económica, sino también cultural:

“Fue un fenómeno cultural al que le debemos algunas de las cosas más importantes que ha habido en nuestro país. Es una herencia de la que no se deberá renegar. En primer lugar, cierta literatura como la poesía de Ramón López Velarde, que no es concebible sin la Revolución mexicana. Y la pintura, no sólo la de los muralistas, sino todos los demás también. Y, finalmente, la literatura mexicana moderna, que es hija directa de la Revolución”.

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¡Ven!, visita el Archivo General de la Nación, consulta sus fondos documentales y la amplia colección bibliohemerográfica de la biblioteca Ignacio Cubas, donde podrás conocer y reconstruir la historia de las personas ilustres de nuestro país.

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