Hoy, en el mundo unos 225 millones de mujeres y adolescentes que no desean quedarse embarazadas no utilizan métodos contraceptivos seguros y efectivos. Las causas van desde la falta de acceso a información o servicios, hasta la ausencia de apoyo de sus parejas o comunidades. La mayoría de estas mujeres que no pueden satisfacer su necesidad de contraceptivos viven en 69 de los países más pobres del planeta.

En este panorama global, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) lanza una iniciativa para atender a las niñas de 10 años, edad que consideran decisiva para su desarrollo posterior como personas. A pesar de que tanto los niños como las niñas afrontan numerosos riesgos, estos son más serios —prácticamente en todos los sentidos— en el caso de las niñas a consecuencia de la discriminación por razón de género. Con frecuencia, las políticas públicas se centran en la niñez de muy corta edad o en las y los adolescentes mayores, y no abordan de manera adecuada los riesgos a los que podrían enfrentarse las niñas de 10 años. (http://www.unfpa.org/es/swop)

De la población actual de niñas de 10 años en el mundo, cerca de 35 millones viven en países con niveles elevados de desigualdad entre los géneros, según la medición del Índice de Desigualdad de Género. Prácticamente 6 de cada 10 niñas viven en países donde se encuentran en una situación de desventaja considerable a causa de las normas y prácticas en cuestión de género.

En comparación con sus hermanos:

  • Es menos probable que permanezcan en la escuela.
  • Más probable que realicen trabajo infantil.
  • Más probable que se casen antes de cumplir los 18 años
  • Más probable que sufran violencia en el seno de la pareja, y experimenten complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto.
  • Es menos probable que su opinión cuente en las decisiones familiares.

La violencia hacia las niñas de 10 años también se manifiesta a través de prácticas nocivas —como el matrimonio infantil, el posterior embarazo adolescente y la mutilación genital femenina—, así como la violencia por razón de género, el sexo forzado y el maltrato psicológico, incluidos el acoso y la intimidación. Estos patrones tienen importantes repercusiones para las niñas, para las familias, las comunidades y los países.

México no es la excepción pues participa del contexto mundial ya descrito. Desde los años 70s se han aplicado políticas de población, pero los indicadores marcan una distorsión relacionada con las niñas y adolescentes entre 12 y 17 años, que se relacionan con el Embarazo Adolescente y el Matrimonio Infantil.

Por ejemplo:

Estimaciones del CONAPO con base en la ENADID 2014 indican que, en 2014, en referencia al Embarazo Adolescente:

  • En México viven 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes (2015).
  • La tasa de fecundidad de las adolescentes entre 15 y 19 años subió de 70.9% en 2007 a 74.4% en 2015.
  • Porcentaje de la población femenina de 15 a 19 años que no asiste a la escuela por falta de dinero, no le gusta estudiar, matrimonio o unión, se embarazó u otras razones: 37.8%
  • De estas: el 9% se debe a que se embarazó o tuvo un hijo y el 10% porque se casó o unió.
  • En cuanto a la planeación o deseo de embarazo de su último hijo nacido vivo, 25.7% de las adolescentes declararon en la ENADID 2014 que querían esperar más tiempo y 25.3% que no quería embarazarse (INEGI).

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En referencia al Matrimonio Infantil:

  • Durante 2015, 35,358 niñas, niños y adolescentes contrajeron matrimonio.
  • De ellas, 4 de cada 5 niñas y adolescentes entre 10 y 14 años se casaron con hombres mayores de 17 años.
  • 4.6% se casaron con hombres mayores de 30 años o más.
  • 9 de cada 10 adolescentes de 15 a 17 años se casaron con hombres mayores de 17 años.
  • 3.6% se casaron con hombres mayores de 30 años o más.

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Para prevenir el Embarazo Adolescente, en enero de 2015 el Gobierno de la República, puso en operación la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), con la que se busca erradicar los nacimientos en niñas de 10 a 14 años y reducir para 2030, en un 50% la tasa específica de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años.

La implementación de la ENAPEA está a cargo del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescente (GIPEA), el cual tiene como objetivo establecer entre las diversas instituciones involucradas en el tema los mecanismos de coordinación, cooperación y comunicación, que permitan la implementación de la Estrategia.

Para terminar con el Matrimonio Infantil, entre otros factores se requiere su prohibición legal, sin excepciones ni dispensas. En México aún hay SIETE estados que no han adecuado su legislación al respecto: Baja California, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, Sonora, Tabasco y Chihuahua.

Recordemos que tanto Embarazo Adolescente como Matrimonio Infantil, en México y en el mundo, impide a las niñas y las adolescentes desarrollar su proyecto de vida, las expone al abuso sexual, físico y al embarazo precoz, que las convierte en madres sin estar física y emocionalmente preparadas. Y que, además, también afecta de manera directa a sus hijas e hijos, la siguiente generación que nace en estado de vulnerabilidad.