En Santa María del Río, San Luis Potosí, la confección de rebozos data de tiempos prehispánicos. La calidad y el trabajo de sus artesanos los hace famosos en todo el país y en el extranjero.

En 1953 se fundó el taller escuela de rebocería y, en 1963, “la Asociación de Reboceras para el Fomento de la Enseñanza de la Rebocería, A.C.”. Estas organizaciones tienen como fin principal mantener la tradición de la confección de rebozos conservando la calidad de los materiales, como la seda natural, el método de hilado del telar antiguo de cintura y la técnica de entintado conocida como “ikat”.

Los tejedores han llevado a cabo investigaciones y experimentos acerca del uso de nuevos tintes, como el de la cochinilla de nogal y de añil, la granada, el huizache, la cempoaxóchitl y la higuera. Los artesanos de la escuela y de la asociación se han propuesto, como ejes fundamentales de su tarea, la capacitación de nuevas generaciones de reboceros, el rescate de técnicas de teñido y de diseños antiguos, y el desarrollo del mercado del rebozo.

Además de haber consolidado la confección rebocera como actividad productiva de su comunidad, los artesanos de Santa María han abierto fuentes de empleo a la población femenina de comunidades aledañas, que elaboran el rapacejo, parte fundamental del proceso de fabricación del rebozo.