El uso de energía primaria para proveer comodidad, luz, refrigeración, agua caliente, entre otros servicios que aporta la casa-habitación, normalmente provienen de la quema de combustibles fósiles, lo que contribuyen de manera significativa a la totalidad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generados por la actividad humana.

Una alternativa para frenar esta situación es el desarrollo de viviendas sostenibles, que traen consigo un conjunto de beneficios directos e indirectos que se reflejan en las condiciones de las familias, de la economía y del medio ambiente.

Se considera que una vivienda verde es aquella que por sus características arquitectónicas permite ahorrar energía y agua. Cuenta con lámparas fluorescentes compactas, refrigeradores y lavadoras regidos por la última norma aplicada, con aislante térmico, y con calentadores solares de agua.

Además, poya la economía familiar al disminuir los gastos domésticos y contribuye  a evitar emisiones de bióxido de carbono (CO2).

De acuerdo con datos del Sistema de Información Energética de la Sener, el sector residencial en México es el tercero en importancia en cuanto a consumo de energía, sólo después del sector transporte e industrial.

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